La fortaleza es virtud para todos, ya que su cometido es robustecer la voluntad para no desistir en la búsqueda del bien, de lo recto, a pesar de las dificultades y obstáculos que surgen en el camino.
En todas las culturas y épocas el hombre fuerte ha sido siempre admirado y propuesto como modelo. Las gestas de los héroes, la integridad de pensadores y hombres de leyes, que han preferido toda suerte de privaciones y aun la muerte antes que traicionar su ideal, han servido como puntos de referencia a generaciones enteras.
Esta virtud es especialmente necesaria actualmente porque debido a los tiempos de bonanza económica por los que hemos pasado recientemente nos hemos acostumbrado a la fácil adquisición de bienes materiales y disponibilidad de bienes de consumo. En esas circunstancias, aumenta el peligro de dejarse llevar por una mentalidad hedonista, de materialismo práctico, caracterizado por el horror a todo lo que significa renuncia o sacrificio. Se huye del dolor, del sacrificio, de las contradicciones propias de la vida. Se evita por todos los medios todo lo que pueda suponer esfuerzo. Vivimos en una sociedad en la que predomina el sentimentalismo y la sensiblería sobre la fortaleza. Nos enternecemos ante un animal herido o maltratado pero asistimos a películas y leemos noticias en las que la violencia extrema ha llegado a cauterizarnos de toda compasión.
Hacer frente y resistir una situación que requiere tenacidad, propia entrega, olvido de sí, es considerado masoquista y oscurantista, Actualmente se tiende a huir de todo lo que conlleve algún tipo de dificultad. El resultado es que la gente joven está creciendo sin las armas necesarias para la lucha que indefectiblemente entraña el hecho de vivir.
El ámbito en el que generalmente se nos presentan las oportunidades para practicar esta virtud es el de la vida ordinaria, en la actividad cotidiana. Esta nos sirve de entrenamiento para ejercitarla cuando surjan situaciones objetivamente difíciles que requieren una actitud recia y fuerte.
Santo Tomás de Aquino nos dice que la fortaleza consiste en dos actos fundamentales:
Atacar, enfrentarse con los peligros que pueda comportar la realización del bien.
Soportar y resistir
ATACAR
Han llegado los tiempos en los que tenemos que ejercer la virtud de la fortaleza, sin exhibiciones inútiles, pero con la valentía de quien está convencido de la verdad que profesa. Y eso se lleva a cabo con hechos tan cotidianos y ordinarios como:
· Aprender a desprendernos de los propios bienes y contribuir a solucionar los desequilibrios mundiales a través de organizaciones que nos ofrezcan garantías. No conformarnos con achacar a las naciones el ser poco solidarias.
· Ser conscientes de la necesidad de buscar y vivir la sobriedad en relación con los bienes materiales propios
· Darse con generosidad a las empresas humanitarias y cristianas que defienden la dignidad del ser humano desde el principio hasta el fin de su vida.
· Ser audaces y saber atacar el mal que vemos se apodera de la sociedad, con iniciativas que ayuden a vivir las virtudes humanas básicas, como base de las cristianas.
· Defender con valentía las propias creencias religiosas aunque choquen contra la opinión general. Valentía que nos debe llevar a expresar nuestras creencias y levantar la voz, sin insultar a nadie pero exponiéndolas con libertad, claridad y firmeza.
· Escribir una carta al director de cualquier periódico - venciendo la pereza - defendiendo los ataques a nuestros principios e ideales.
RESISTIR
Aquí entra una combinación de paciencia y perseverancia
· Saber resistir a la tentación de huir del sufrimiento, de escapar de los costoso, de buscar lo más fácil pero cobarde, para evitar ldificultades u obligaciones insoslayables
· Resistir cuando llega algo duro, o fuerte: enfrentarlo, no venirse abajo, saber aguantar. Actualmente hay una tendencia a considerar que hay que disfrutar a tope, como si eso fuera lo paradigmático. Se huye de la vida y sus realidades. San Josemaría Escrivá nos dice " es fuerte el que persevera en el cumplimiento de lo que entiende que debe hacer, según su conciencia; el que no mide el valor de una tarea exclusivamente por los beneficios que recibe, sino por el servicio que presta a los demás".
· Resistir ante los deberes costosos, arduos, difíciles. Reciedumbre ante el dolor, sin quejas inútiles, o rebeldías estériles. Perseverar en la búsqueda de las soluciones aunque parezca inútil hacerlo. Así los matrimonios no se vienen abajo, las relaciones humanas perduran, porque se sabe resistir, soportar, esperar, tener paciencia, pruebas de autentico amor y cariño.
. Resistir cuando las dificultades se alargan en el tiempo y no se vislumbra una salida próxima. No se prevé cuando se va a poder solucionar el problema.
· Resistir se traduce también en perseverar en la labor emprendida hasta poner la última piedra, independientemente del estado de ánimo, de los fracasos parciales o cuando hemos perdido el entusiasmo.
· Fortaleza es oponerse a la superficialidad
Juan Pablo II nos decía: "la virtud de la fortaleza requiere siempre una cierta superación de la debilidad humana y, sobre todo, del miedo. El hombre, en efecto, por naturaleza teme el peligro, las molestias, los sufrimientos. Por ello es necesario buscar hombres valientes no solamente en los campos de batalla, sino también en los pasillos de los hospitales o junto al lecho del dolor."
Deseo rendir homenaje a todos estos valientes desconocidos. A todos lo que tienen el valor de decir "no" o "sí", cuanto esto cuesta. A los hombres que dan un testimonio singular de dignidad humana y de profunda humanidad. Justamente porque son desconocidos merecen un homenaje y una gratitud particular".
Soportar y resistir
ATACAR
Han llegado los tiempos en los que tenemos que ejercer la virtud de la fortaleza, sin exhibiciones inútiles, pero con la valentía de quien está convencido de la verdad que profesa. Y eso se lleva a cabo con hechos tan cotidianos y ordinarios como:
· Aprender a desprendernos de los propios bienes y contribuir a solucionar los desequilibrios mundiales a través de organizaciones que nos ofrezcan garantías. No conformarnos con achacar a las naciones el ser poco solidarias.
· Ser conscientes de la necesidad de buscar y vivir la sobriedad en relación con los bienes materiales propios
· Darse con generosidad a las empresas humanitarias y cristianas que defienden la dignidad del ser humano desde el principio hasta el fin de su vida.
· Ser audaces y saber atacar el mal que vemos se apodera de la sociedad, con iniciativas que ayuden a vivir las virtudes humanas básicas, como base de las cristianas.
· Defender con valentía las propias creencias religiosas aunque choquen contra la opinión general. Valentía que nos debe llevar a expresar nuestras creencias y levantar la voz, sin insultar a nadie pero exponiéndolas con libertad, claridad y firmeza.
· Escribir una carta al director de cualquier periódico - venciendo la pereza - defendiendo los ataques a nuestros principios e ideales.
RESISTIR
Aquí entra una combinación de paciencia y perseverancia
· Saber resistir a la tentación de huir del sufrimiento, de escapar de los costoso, de buscar lo más fácil pero cobarde, para evitar ldificultades u obligaciones insoslayables
· Resistir cuando llega algo duro, o fuerte: enfrentarlo, no venirse abajo, saber aguantar. Actualmente hay una tendencia a considerar que hay que disfrutar a tope, como si eso fuera lo paradigmático. Se huye de la vida y sus realidades. San Josemaría Escrivá nos dice " es fuerte el que persevera en el cumplimiento de lo que entiende que debe hacer, según su conciencia; el que no mide el valor de una tarea exclusivamente por los beneficios que recibe, sino por el servicio que presta a los demás".
· Resistir ante los deberes costosos, arduos, difíciles. Reciedumbre ante el dolor, sin quejas inútiles, o rebeldías estériles. Perseverar en la búsqueda de las soluciones aunque parezca inútil hacerlo. Así los matrimonios no se vienen abajo, las relaciones humanas perduran, porque se sabe resistir, soportar, esperar, tener paciencia, pruebas de autentico amor y cariño.
. Resistir cuando las dificultades se alargan en el tiempo y no se vislumbra una salida próxima. No se prevé cuando se va a poder solucionar el problema.
· Resistir se traduce también en perseverar en la labor emprendida hasta poner la última piedra, independientemente del estado de ánimo, de los fracasos parciales o cuando hemos perdido el entusiasmo.
· Fortaleza es oponerse a la superficialidad
Juan Pablo II nos decía: "la virtud de la fortaleza requiere siempre una cierta superación de la debilidad humana y, sobre todo, del miedo. El hombre, en efecto, por naturaleza teme el peligro, las molestias, los sufrimientos. Por ello es necesario buscar hombres valientes no solamente en los campos de batalla, sino también en los pasillos de los hospitales o junto al lecho del dolor."
Deseo rendir homenaje a todos estos valientes desconocidos. A todos lo que tienen el valor de decir "no" o "sí", cuanto esto cuesta. A los hombres que dan un testimonio singular de dignidad humana y de profunda humanidad. Justamente porque son desconocidos merecen un homenaje y una gratitud particular".
Quiero incluir aquí un Vídeo que es un buen ejemplo de lo que es la Fortaleza.
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