MUELLE DE ARRILUCE.GETXO.VIZCAYA. ACUARELA DE PALOMA ROJAS

miércoles, 26 de diciembre de 2012

TERTULIAS DE MÚSICA

Como bien sabéis una de nuestras actividades son las Tertulias de Música a las que desgraciadamente este año me es imposible  asistir, por coincidir con otra actividad que no puedo cambiar. 
Como todos los años Leonor Merino, nuestra ponente hace disfrutar enormemente   a las asistentes  y sé por ellas  que han sido unas clases magistrales dedicadas a Beethoven, en concreto a sus Sonatas. 
Ya que no he podido disfrutar de su audición en su momento he pensado sería una buena idea poder escuchar algunas en estos días de Navidad en el que supuestamente, tenemos más tiempo libre.





Espero que lo disfrutéis.

jueves, 20 de diciembre de 2012

MUY FELIZ NAVIDAD Y AÑO NUEVO





CON MIS MEJORES DESEOS PARA UNAS MUY FELICES NAVIDADES Y UN ESPERANZADOR AÑO NUEVO

miércoles, 19 de diciembre de 2012

CLASE DE HISTORIA





POLÍTICA EXTERIOR DE LOS REYES CATÓLICOS

Los Reyes Católicos
El año 1492 es una de las fechas clave de la historia de España. En él culmina la reconquista, se logra, al menos teóricamente, la unidad religiosa con la expulsión de los judíos y evangelización de los moriscos; Nebrija escribe la primera gramática española y se descubre el Nuevo Mundo y dentro del reinado, 1492 implica el paso de la política interior a la política exterior.

Antonio de Nebrija impartiendo una clase
La expansión atlántica

El descubrimiento y colonización de América es posiblemente la aportación más importante que España hace a la historia mundial.
Pero esto no hubiera sido posible sin la conjunción de una serie de factores:
- La organización de un Estado moderno dotado de medios y poderes para una empresa de tal envergadura. América es descubierta en el momento en que su conquista,  colonización y evangelización eran técnicamente posibles.
- Los avances de la marina castellana durante el siglo XV. La exportación de lana a los Países Bajos y la búsqueda de mercados en el norte de África y las Canarias proporcionan a Castilla una madurez marinera capaz de responder a la empresa que se avecinaba. La carabela, navío típicamente oceánico, ligero y sólido a un tiempo era especialmente apto para travesías largas y difíciles, fue un elemento imprescindible para la aventura descubridora. En esta aventura resultó indispensable la marina de la baja Andalucía, que disputaba a los portugueses las rutas de expansión atlántica, y va a dar la mayor parte de los hombres, las iniciativas y los barcos que exploraron el Nuevo Mundo.
Carabela
- La ocupación de Canarias, comenzada a principios del XV pero culminada y encauzada por los Reyes Católicos, proporciona a Castilla la mejor base para la navegación atlántica ya que están en la cabecera del llamado “callejón de lo alisios”. Si desde el XIX el país mejor situado para la comunicación marítima con América es la Gran Bretaña, en el XV y siguientes, en el que la navegación estaba supeditada drásticamente a los vientos, ese país con gran diferencia era la Península Ibérica y más concretamente Castilla por la posesión de las Canarias.

La Conquista de las Canarias
Diego de Herrera
En 1477 los Reyes Católicos compran a Diego de Herrera los derechos feudatarios sobre Lanzarote, Gomera y Hierro; esto decide a los monarcas a llevar a cabo una conquista en regla de las islas mayores dominadas aún por los guanches nativos. Para ello se llevan a cabo las expediciones de  Juan Rejón, Pedro de Vera y Alonso Fernández de Lugo que entre 1478 y 1496 controlan Gran Canaria, Tenerife y La Palma. El método utilizado es el mismo que se llevará a cabo en América: alianza con unos jefes nativos para dominar a otros. Muchos  por su parte se sometieron voluntariamente y la fusión de razas comenzó a producirse inmediatamente, además, el proceso de evangelización fue rápido y eficaz y la Corona desde muy pronto se reservó el control político y económico de las conquistas.
Juan Rejón
Pedro de Vera

                                                                    Alonso Fernández de Lugo

América

Mientras tanto un marino que se decía genovés y conocedor de todos los mares solicita a los Reyes ayuda para llevar a cabo un plan genial y equivocado: su idea era llegar a las costas orientales de Asia navegando hacia occidente. 
Cristobal Colón
Los  cálculos de Colón colocaban a Japón poco más o menos donde está Cuba. Los dictámenes de lo expertos, atenidos a los conocimientos de la época, resultaron desfavorables al proyecto y por otra parte los Reyes Católicos habían cedido a los portugueses desde el tratado de Alcacovas vía libre a estos versus indos por la vía oriental, por lo que acceder a los deseos de Colón implicaba en parte faltar a los pactos.
Tratado de Alcacovas

Pero en 1492, quedó autorizada y patrocinada la expedición que proporcionará a occidente las más insospechadas perspectivas en todos los campos posibles, desde el económico al evangélico.
Replica de la Pinta.

                                                                         Imitación de lo que podía ser la bodega de una carabela
El primer viaje de Colón, una de las aventuras más bellas del género humano, fue coronado con el descubrimiento de una tierras que sólo años más tarde se vería que era otro continente que se interponía entre Europa y Asia.
Carta de Colón en su primer viaje a América
El éxito del primer viaje culmina con la triunfal recepción que los Reyes dispensaron a Colón en Barcelona en 1493. La conmoción en la Península y Europa fue enorme. Las cartas de Colón y después de Américo Vespucio, se tradujeron y falsificaros

El humanista Pedro Mártir de Anglería decidió no regresar a Italia para no perderse ni una sola noticia  sobre el descubrimiento. Esto explica que la oferta de expedicionarios para el segundo viaje fuera fabulosa y llovieran de todos lados demandas de embarque.
Pero la realidad no respondió a las esperanzas. Las  islas estaban muy lejos, tenían un clima malsano para los europeos y estaban pobladas de indígenas hostiles e inhábiles para el trabajo a la usanza de los europeos. Además  no había metales preciosos ni las codiciadas especias orientales. Colón fracasa lastimosamente como gobernante y colonizador, solo alguna expedición como la de Pedro Alonso Niño a la región del Caribe alcanza beneficios compensatorios. 
Pedro AlonsoNiño
El Descubridor después de varios viajes desafortunados sin otros frutos que los geográficos fue desposeído del gobierno y morirá en Valladolid en relativa oscuridad. Habrá  que esperar más de una década para que el Nuevo Mundo diera de si todo lo que la historia podía esperar del Descubrimiento.

La expansión mediterránea

 Las tradiciones castellana y aragonesa diferían totalmente en lo que se refiere a política exterior. Castilla mantenía una habitual alianza con Francia y una actitud más bien hostil hacia Inglaterra. Aragón por el contrario aparecía como rival de Francia y buscaba la amistad inglesa. Los motivos de semejantes actitudes eran claros: rivalidad de Castilla con los británicos por razones dinásticas y competencia en los mercados de lana y disputas franco-aragonesas en los Pirineos y por el reino de Nápoles. Ahora  bien con la unión ¿Cuál iba a ser la política exterior de los Reyes Católicos?
En el nuevo Estado impone sus directrices Aragón porque Francia y España se habían convertido en primeras potencias de Occidente y era lógico que chocasen sus planes de expansión mientras que Inglaterra, en este momento muestra una política más retraída y pesa menos en lo política europea.
En segundo lugar, porque quien dirige la política exterior de España es Fernando, aragonés fiel a la política de su padre Juan II.
Juan II de Aragón
Además en 1493 sube al trono de Francia Carlos VIII inexperto y megalómano que soñaba con la reconquista de Constantinopla y la liberación de los Santos Lugares.  Para  realizar esa aventura necesitaba conquistar el reino de Nápoles a la sazón en manos de una rama de la casa real aragonesa. Atacar Nápoles era atacar a primos de Fernando el Católico y herir la susceptibilidad española. Para  guardarse las espaldas Carlos VIII cede el condado de Rosellón mientras que Fernando no se compromete a nada, hecho que ve el francés cuando reclama Nápoles y Fernando responde que el reino de Nápoles es feudo del Papa.
Carlos VIII
Carlos VIII atraviesa los Alpes y entra en una Italia dividida en un hormiguero de estados y ciudades estado, con ambiciosas familias que querían unificarla en torno a ellos: Sforza, Medici, Borgia, los mismos napolitanos, etc. 
Carlos VIII entra por la Lombardía reclamado por los Sforza y otros príncipes pero no tarda en quedarse solo ya que Fernando presenta al francés como un invasor y no como un protector, pero el reino de Nápoles, mal defendido cae ante el francés.  Fernando además de reunir un poderoso ejército consigue la ayuda del Emperador, del Papa y de la mayoría de los príncipes italiano, encargando la conquista de Nápoles a un genera que se había distinguido en la guerra de Granada, Gonzalo Fernández de Córdoba que atrae el ejército francés hacia Calabria y por sorpresa desembarca en Nápoles y reconquista la ciudad para Ferrantre III que fue restablecido en el trono mientras que Carlos VIII derrotado, tiene que retirarse a Francia.
Gonzala Fernández de Córdoba

                                                                                Ferrante III
La conquista de Nápoles

Carlos VIII muere pronto y el nuevo rey Luis XII decide reanudar la aventura italiana. Primero  conquista el Milanesado y prepara una acción de aislamiento diplomático de Nápoles.  La  única opción de conseguir el apoyo español era hacerle partícipe del botín, firmando el Tratado de Granada en 1500.
Los napolitanos, aislados diplomáticamente  y amenazados por una invasión francesa se alían con los turcos, pero como el Tratado de Granada era contra los turcos y sus aliados acuerdan entre Fernando y Luis un reparto del reino de Nápoles: el norte para Francia y el sur para España. 
Isla Cefalonia
Los españoles atacan la isla de Cefalonia en manos de los turcos pero cuando Fernando se entera que los franceses han conquistado en Nápoles territorios que correspondían a España, ordena suspender las acciones contra los turcos y manda a Fernández de Córdoba ocupar Apulia y Calabria. El  Gran Capitán lleva a cabo una acción inigualable al ocupar la plaza de Tarento, que tenía fama de inexpugnable,  atacando por el único flanco desguarnecido, debido a que no esperaban que hiciera pasar embarcaciones por la albufera que había detrás de la ciudad.
El Gran Capitán observa el cadaver del Duque Nemours en la Batalla de Ceriñola
Al negarse los franceses a desalojar territorios que pertenecían a la parte española, queda claro que ambas potencias quieren todo el reino iniciándose una guerra en la que el Gran Capitán va a desarrollar su genio militar. Su táctica  defensiva-contraofensiva consiste en escoger el terreno, dejar que el enemigo ataque en condiciones desfavorables y cuando empieza a dar síntomas de cansancio, contratacar por sorpresa. En Ceriñola la línea defensiva fue un profundo foso artificial, que no consiguieron atravesar los franceses mientras eran diezmados por los españoles; cuando el Duque de Nemours dio orden de flanquear el foso por uno de sus extremos, los españoles atacaron por el lado opuesto.
En Garellano la línea defensiva fue el mismo río de este nombre. El Gran Capitán permitió que los franceses construyesen un puente de barcas, pero no les dejó atravesarlo, cuando tras varios intentos inútiles los atacantes comenzaron a desfallecer, en plena noche y por sorpresa hizo atravesar el río aguas arriba a la mitad de su infantería y la totalidad de la caballería, a la que apostó más al norte. Con los infantes atacó de flanco a los franceses, que al comprobar que Gonzalo actuaba con la mitad de sus efectivos se rehicieron y comenzaron su persecución, dejando abandonado el puente, circunstancia que aprovechó para que la otra mitad atravesara el río; los franceses se encontraron cercados ente los dos ejércitos y el río. No  les quedaba otro camino que retirarse al norte donde les esperaba la caballería española.
La batalla de Garellano considerada como una de las más perfectas de la historia, decidió la suerte de Nápoles, reino que queda definitivamente unido a la Corona Española que no lo perderá hasta el XVII y aun así quedará dinásticamente vinculado hasta la unificación de Italia a finales del XIX,  además de que confirma la superioridad militar española a lo largo de siglo y medio.  

domingo, 16 de diciembre de 2012

PROGRAMA PRÓXIMO TRIMESTRE



CLASE DE HISTORIA



REYES CATÓLICOS. LA GUERRA DE GRANADA

El Reino de Granada
La Guerra de Granada es, junto con el descubrimiento del Nuevo Mundo, el episodio central del reinado de Isabel y Fernando. Significa además la culminación de un ideal del medievo y la realización de una aspiración típicamente  moderna: la unidad nacional. Supuso además una gran victoria de la Cristiandad, celebrada en toda Europa. El papa Alejandro VI la consideró como una compensación por la pérdida de Constantinopla.

LA SITUACIÓN INICIAL

Granada, último reino musulmán que quedaba en la Península, ocupaba una extensión de 30.000 kilómetros cuadrados y comprendía las actuales provincias de Granada, Málaga y Almería. Su población pasaba del millón y medio de habitantes, en su mayoría campesinos. Su  capital, según el humanista Pedro Mártir de Anglería, era una de las mayores ciudades del mundo aunque su afirmación de que contaba con 300.000 habitantes es muy exagerada.
Pedro Mártir de Anglería
El reino, protegido por una complicada orografía, se había mantenido incólume desde el S. XIV frente a los esporádicos ataques cristianos. A finales de XV parecía fuerte, pero yadaba muestras de debilidad interna en lo político y en lo social, debido a las rivalidades internas que la llevarían a caer en manos cristianas: el príncipe Boabdil contra su padre el rey Abulhasan, nazaries  contra abencerrajes, Alhambra contra Albaicín. Aun así, Fernando se equivocó al evaluar las posibilidades de Granada, pensando en una conquista fácil, sin comprender las dificultades del terreno, la escasez de vías de comunicación y la capacidad de defensa de los granadinos que iban a luchar por su patria. Pero también se equivocó Abulhasan, al pensar que los reyes cristianos no iban a decidir una acción a fondo y que sería una serie de campañas de hostigamiento que serviría para unir a los granadinos bajo la bandera de la guerra santa en una acción común.
El Rey Abdulhasan o Mulley Hacén
Boabdil
LAS CAMPAÑAS 

El propósito de terminar la Reconquista era primordial, pero quisieron dejar resuelto antes el pleito dinástico y dejar sentadas las bases de  la unidad interna, por lo que esperan hasta 1481 para empezar la guerra, iniciándola con la conquista de las plazas de Zahara y Alhama.
Escudo de los Reyes Católicos
Para la conquista solo había tres posibilidades por donde pudieran pasar grandes contingentes militares: la cuenca del Guadalhorce, que conduce a Málaga, la depresión del Genil que lleva hasta la misma capital y las hoyas de la zona oriental de Guadix y Baza. Los Reyes utilizan los tres caminos y por el orden aquí indicado. La guerra dura de 1481 a 1492 y tiene dos fases totalmente diferenciadas: una de tipo medieval y otra que muestra las formas de combatir de La Edad Moderna.
Fase medieval: 1481-1484. Declarada  la guerra acuden a ponerse a disposición de los reyes los grandes señores de Castilla con sus mesnadas, los prelados con sus tropas, las Órdenes militares y las milicias concejiles. En suma, contingentes heterogéneos con diversidad de mandos, armas y métodos de combate. La caballería era el arma más importante y el 40% de los efectivos eran jinetes.
La guerra se lleva a cabo mediante penetraciones profundas en los meses de verano, pero esas penetraciones basadas en la caballería, no supone control de terreno. Los ejércitos cristianos destruyen, incendian, talan las vegas de Granada y luego se retiran a Córdoba o a Écija, sin otra ventaja que el daño causado al enemigo. Es la aceifa típica de la Edad Media pero no hay conquista propiamente dicha.
Algunas de esas penetraciones acaban en sangrientos desastres como el caso de la Ajarquía, aunque las expediciones organizadas por los granadinos también acaban en desastre como la de Lucena en la que cae prisionero el príncipe Boabdil. Incluso el rey Fernando tiene que levantar el sitio de Loja, montado con excesiva improvisación; dice el cronista Bernáldez que el fracaso de Loja fue la escuela en la que don Fernando aprendió el arte de la guerra. Desde entonces las operaciones se llevarían de una forma muy distinta.
Escudo de los Reyes Católicos con el lema yugo, el haz de flechas y el mote «tanto monta».
El lema Tanto Monta y el yugo (que con las flechas se usaba como emblema de los Reyes Católicos, por coincidir con las iniciales del otro: Yugo comienza por Y como se escribía Ysabel antiguamente y la palabra flechas comienza por F como Fernando, y en el siglo XV se estableció la costumbre cortesana de usar la inicial del otro), inscritos sobre los preexistentes relieves nazaríes de la Alhambra, marcan físicamente la reconquista cristiana del espacio de poder sobre Granada.
Fase Moderna 1484-1492
Los ejércitos fuero regularizados, adiestrándolos en la más severa disciplina. Se prohibió el combate singular, se coordinaron los mandos, la infantería se convierte en el arma fundamental con el consiguiente descenso de la caballería en las últimas campañas, pasando a oscilar entre un 15% y un 25% del total.
El avance será lento pero sistemático. El territorio que se domine no será abandonado y dejan guarniciones de infantería para conservarlo. Toma cuerpo un arma típica de la Edad Moderna: la artillería, las lombardas, piezas pesadas aunque de poco alcance. Las  cerbatanas ligeras pero que alcanzaban hasta 600 pasos van a jugar un papel fundamental al sitiar las ciudades. Para llevar las pesadas piezas hay que hacer carreteras y puentes a través de la cordillera Penibética y aparece el cuerpo de pontoneros. La  Reina se preocupó de crear, mediante tiendas de campaña, el Hospital de la Reina que es un antecedente del cuerpo de sanidad. Las comunicaciones entre vanguardia y retaguardia se aseguraron en todo momento por medio de convoyes; de hecho nos encontramos ante un ejército moderno.
El año 1484 fue de tanteo y a partir del siguiente, las campañas se hicieron sistemáticas y fueron arrancando al reino granadino territorios cada vez más amplios: primero cae Ronda y toda la zona occidental del reino (1485). Luego entre el 86 y el 87 la zona central, con la difícil toma de Málaga, hasta que en  1489 se conquistan los valles de la zona oriental: Baza, Guadix y Almería. La sistemática fue perfecta. A  partir de 1489 solo queda por conquistar  la vega de Granada y la capital.

LA CONQUISTA DE GRANADA


Granada
En un principio Boabdil estaba dispuesto a entregar la capital, pero en el último momento, se echa atrás porque la capital era inexpugnable y esperaba ayudas berberisca y turca, combinándolas con levantamientos de la población musulmana en los territorios recién conquistados; esto lleva a que la guerra tarde dos años en terminar.
Los reyes procedieron con lentitud y como era imposible conquistarla por asalto lo hicieron por hambre.
Rendición de Granada


La capitulación permitía a los habitantes conservar sus viviendas, religión, lengua indumentaria y costumbres. Serían juzgados por sus propios jueces y pagarían los mismos tributos que antes. Boabdil que retuvo unos meses un pequeño feudo en las Alpujarras, acabó retirándose a África, al reino de Fez y Fernando e Isabel tomaron posesión del último reducto del Islam en la Península.

MORISCOS Y JUDIOS

La ocupación del reino de Granada en un momento en que se tendía a la unificación religiosa planteaba un problema de índole  interno. La casi totalidad de la población era musulmana y la minoría judía era importante. 
Desde el primer momento se intentó una conversión. Fray Hernándo de Talavera, primer arzobispo de Granada aprendió árabe y predicaba a los moriscos en su propia lengua; también mando imprimir en árabe catecismos y libros piadosos; muchas tradiciones musulmanas que se creían compatibles con la nueva fe, fueron respetadas, pero años más tarde Cisneros impuso una nueva táctica: se queman los libros musulmanes e incluso se violenta la conciencia de los catecúmenos. Aumentan las conversiones pero son menos sinceras y en el fondo fomentan la rebeldía del pueblo conquistado. Hacia 1500 estallan las primeras rebeliones que han de ser reprimidas por la fuerza, llegándose a plantear la expulsión, que acabará produciéndose en el siglo XVI, ya que los moriscos eran una masa campesina difícil de sustituir y hasta de controlar, mientras que los judíos eran una minoría urbana perfectamente definida que vivían agrupados en juderías, con preferencia en las grandes ciudades.
Escudo de la Inquisición
La Inquisición no tenía jurisdicción sobre aquellos que practicaban públicamente la religión judía, sino sobre los bautizados que la practicaban ocultamente. En 1492 los Reyes Católicos, una vez finalizada la guerra de Granada, deciden culminar la unidad religiosa y decretan la expulsión de los que practican el judaísmo, se les expulsa por motivos religiosos, no raciales, ya que a los conversos  no les afecta. Los  judíos tenían que salir de reino en un plazo de cuatro meses, y para evitar la exportación de las riquezas acumuladas se les prohibió llevar metales preciosos, aunque podían convertirlos en bienes muebles o letras de cambio. La necesidad de convertir en bienes trasportables todo lo suyo fue ruinosa para todos aquellos que tenían que salir del país. Según el cronista Bernáldez eran unas 35.000 familias que equivaldrían a unas 150.000 personas, pocos si tenemos en cuenta que el número de judíos en España en aquella época era de un millón de personas por lo que la mayoría de ellos, convertidos más o menos sinceramente, no se vieron afectados por la medida.
Los judíos exiliados se establecieron en el norte de África, en algunas ciudades del Mediterráneo oriental: Salónica, Esmirna o Constantinopla donde se mantiene su lengua y tradiciones procedentes de la España del siglo. XVI. Una de los efectos más negativos de la expulsión es que los judíos hubieran sido los que habría podido fijar en la Península las ingentes cantidades de metales preciosos que pronto llegarían de América y que hubieran formado una banca española capaz de evitar la fuga de capitales al extranjero.

LA GUERRA DE GRANADA

Nada fue factor fundamental de la trasformación del Ejército. La infantería prevaleció sobre la caballería como arma conquistadora. Se consagró la artillería en el asedio de fortificaciones, se cuidaron las comunicaciones con la retaguardia e  intendencia, se unificaron los mandos, se organiza de forma regular e uniforme con una única disciplina y se hizo del militar un profesional; este fue el cambio más importante. Nace ahora el soldado, es decir, el combatiente que sirve a sueldo y que considera la milicia como un empleo. Al  igual que aparecen los funcionarios, el militar es en cierto modo un empleado más del Estado.
Los cuadros se regularizan desde alferecía, un escuadrón de hombres; el capitán que manda una compañía (agrupación de alferecías), unidad de combate formada por 500 hombres- piqueros y arcabuceros-. Doce  compañías formaban una coronelía, precedente de los actuales regimientos, aunque el coronel además mandaba un escuadrón de caballería- 600 jinetes- y un número determinado de piezas de artillería; todo va encaminado a lograr una coordinación de mandos y movimientos que es uno de los secretos de la guerra moderna. Más tarde, en las campañas de Italia aparecerá una unidad superior: el tercio.
Reproducción moderna de los Piqueros
Todo este sistema de agrupaciones coordinadas tiene una finalidad técnica de organización, pero es, al mismo tiempo, un resultado de la regularización profesional. El general necesita saber en cada momento el número exacto de sus hombres, entre oras cosas porque tiene que pagarles y la agrupación en unidades cerradas es el mejor sistema de control.
Tras la guerra de Granada, Fernando el Católico no hizo más que continuar su obra organizadora. La plena profesionalización del soldado triunfó entre 1490 y 1500; se montaron parques de artillería y se aumentaron las armas de fuego portátiles. Cuando estallan las guerras de Italia, España contaba ya con un ejército capaz de medirse ventajosamente con el de cualquier potencia extranjera.

viernes, 7 de diciembre de 2012

CLASE DE HISTORIA



MODO DE GOBERNAR DE LOS REYES CATÓLICOS 

Apuntes proporcionados por D. Luis Crovetto, ponente de estas clases.
Fernando II de Aragón, Rey Católico
Isabel de Castilla, La Reina  la Reina  Católica

POLÍTICA INTERIOR


Fernando e Isabel reinaron y gobernaron. Las grandes decisiones de política interior y exterior adoptadas en su época partieron o fueron autorizadas por ellos, pero la gran complejidad de asuntos y escenarios no permitía su directa actuación en todos ellos por lo que muchos asuntos eran delegados en otros organismos de gobierno. Además de los Corregidores en los municipios estaban los Pesquisidores y Veedores, enviados con plenos poderes a fiscalizar y poner orden en una comarca determinada. Para la administración de justicia y evitar las continuas apelaciones que llegaban a sus personas establecen las Audiencias o Chancillerías que radicaban en Valladolid, Santiago y Granada, y para Aragón en Zaragoza. Los Oidores entendían de las cuestiones civiles y los Alcaldes, del crimen en las criminales.
Muy importante es la reforma del Consejo Real, acordada en las Cortes de Toledo en 1480. El Consejo era una institución muy antigua formada por nobles y altos cortesanos que asesoraban al monarca, pero los Reyes Católicos lo convirtieron en un cuerpo regular y estructurado; lo presidia un prelado y lo formaban tres caballeros y ocho juristas- el número de estos últimos se irá haciendo mayor con el tiempo-; los juristas proceden del patriciado urbano o de la clase media y van a constituir el principal apoyo de la política de los monarcas y sustituirán a los miembros de la nobleza en su papel de asesores y consejeros. Universitarios conocedores de la leyes y la economía, expertos en diversas cuestiones, serán el nervio de la nueva administración. Pronto el Consejo se dividirá en Salas: Estado (asuntos exteriores) Hacienda, Justicia, Santa Hermandad (orden, interior). A finales del reinado y con los sucesivos monarcas, las salas constituirán Consejos independientes y son la primera piedra de la maquinaria del Imperio español.
La santa Hermandad
En cambio con los Reyes Católicos decaen las Cortes, que representaban a los tres estamentos que constituían la sociedad: nobleza, clero y pueblo llano; entre otras cosas porque nobleza y clero van quedando al margen de las preocupaciones políticas y al mismo tiempo disminuye la autonomía municipal. Los Reyes Católicas reunen las Cortes de Castilla diez veces en 40 años y las de Aragón 9, en 34 años.
En resumen la idea que nos queda de la política interior de los reyes es la de unidad conseguida a través de un nuevo Estado, un cuerpo de funcionarios capaz de llegar a todas partes y de fiscalizarlo todo. Un ejército profesional que será el elemento primordial de la acción exterior. Este sentido de profesionalización es fundamental, antes apenas se podía decir de nadie que era militar o político.

LA HACIENDA

El nuevo Estado con su red de funcionarios necesitaba apoyarse sobre una sólida base económica. Sin dinero abundante no habría sido posible un Estado fuerte. En las cuentas de la época se ven especificados dos tipos de valores; ducados y maravedíes. El ducado era una moneda veneciana de un peso de 2,25 gramos y equivalía a 375 maravedíes. El jornal de un obrero oscilaba de 20 a 55 maravedíes, un funcionario cobraba entre 5.000 y 15.000 maravedíes al mes, un kilo de pan valdría 4 maravedíes y un kilo de carne 40. Un caballo no costaba menos de cincuenta ducados. Pero se trataba de valores, no de monedas ya que los reyes acuñaron las excelentes: monedas de oro de 435 maravedíes de valor y sobre todo reales de plata. El real equivalía a 34 maravedíes con sus divisores de cuartos y ochavos, eran las monedas de uso corriente, mientras que las blancas de vellón acuñadas por Enrique IV que valían 1/2 o 1/3 de maravedí equivalían a los céntimos actuales.
Ducados
Medio Maravedí
Cuando Isabel y Fernando suben al trono una de sus mayores preocupaciones fue poner en orden la Hacienda y vigilar todas las fuentes de ingresos de la Corona. La Alcabala era el tributo más ordinario y gravaba el 10% de todas las ventas. La Bolla, en los reinos de Aragón, era el impuesto similar. El contador mayor del reino, Alonso de Quintanilla, y uno de los hombres más eficaces al servicio de los Reyes, organizó la Hacienda de forma espectacular llevando a cabo un auténtico catastro de la riqueza del país, de forma que en 1478 los ingresos de Castilla eran 24 millones de maravedíes, en 1482 era 156 millones y a finales de siglo 300 millones. A  esto hay que añadir las nuevas rentas que revertían en la Corona, como las de los maestrazgos de las Órdenes militares. Posiblemente  hacia el año 1500 las arcas del Estado recibían ingresos superiores al millón de ducados anuales.
Firma de Alonso de Quintanilla

LA POLÍTICA ECONÓMICA
Además de fomentar la política hacendística los Reyes se preocuparon de la economía en general alentando la producción y reglamentando cuidadosamente ferias y mercados sin comprender que ese afán reglamentista de dirigirlo todo, más que una ayuda, resultó un entorpecimiento, aunque lo que pretendían era cortar los abusos.

Su mayor preocupación fue favorecer la producción industrial y el comercio de la lana. La lana merina de las ovejas castellanas era la principal fuente de riqueza del reino. La Mesa regulaba la organización de los rebaños, sus migraciones, sus cañadas o vías de paso. La política oficial tendió a favorecer a los ganaderos en detrimento de los agricultores. Una política que resultó equívoca pero que en criterio de la época tenía su razón de ser. Las famosas ferias de Medina del Campo, Villalón y Rioseco se encargaron de dar salida a la riqueza lanera. 
Feria de Medina del Campo
El Consulado del Mar establecido por los Reyes en Burgos en 1493, distribuía los envíos y organizaba fletes en Bilbao, Castro Urdiales, Laredo o Pasajes; embarcaba la lana en carracas castellanas o en urcas flamencas rumbo a Nantes, Amberes, Brujas o los puertos de la Hansa germánica. 
Carracas
Urcar

En las ciudades portuarias francesas y flamencas había mercaderes y banqueros de apellidos castellanos. Había un entramado comercial que iba desde la organización de los rebaños en Extremadura hasta los telares de los Países Bajos. Una parte de la lana no se exportaba sino que iba a los telares de Segovia o a las hilaturas de Valladolid, donde los gremios artesanos producían manufacturas de gran calidad aunque poco exportables por ser sus precios más caros que los extranjeros. La política económica de los Reyes Católicos favoreció a los propietarios de rebaños, fundamentalmente nobles, los burgueses dedicados al comercio o al trasporte, a los artesanos y operarios de los gremios e incluso a los pastores y a los marinos norteños, es decir a diversos núcleos de población. Pero el error es que los españoles tenían que importar la propia lana convertida en paños en los Países Bajos.

Plano de la Lonja de Valencia on un Pabellón del Consulado del mar.

La agricultura se resintió debido a la preferencia otorgada a los ganaderos. Además, España era un país de cosechas inciertas. La  sequía obligaba muchas veces a establecer tasa de trigo, lo que llevaba al mercado negro. De  hecho se tenía que recurrir a Sicilia, patrimonio de don Fernando, y gracias a ello se conjuró el fantasma del hambre en Castilla, aunque el pan nunca fue barato.
La fórmula lana castellana- trigo siciliano tal vez no fue la más acertada pero representó una solución. España nunca fue un país rico pero gracias a la política de los Reyes Católicos, el desarrollo de la economía española en su conjunto llegó a un nivel nunca logrado hasta entonces. 

sábado, 1 de diciembre de 2012

CLASES DE HISTORIA




LA UNIDAD DE PODER:

Los Reyes Católicos
Tan importante como la unificación de los reinos fue la obra de cohesión interna. El triunfo del poder monárquico sobre los otros dos poderes en pugna: el nobiliario y el de la oligarquía municipal, puso a disposición del nuevo Estado, el Estado moderno, gran parte de las fuerzas humanas, militares y económicas del país. Gracias  a este proceso de concentración de fuerzas, España pudo transformarse en una potencia de primer orden.

La acción de la realeza para asumir plenos poderes frente a la oligarquía nobiliaria y al patriciado urbano, se obra de forma continuada pero por lo general no se recurre a la violencia. Las frases hacer justicia o poner orden se repiten una y otra vez durante el reinado. La arbitrariedades de la nobleza justifica la acción de los reyes; Isabel y Fernando realizan viajes incansables por ciudades y comarcas poniendo coto a desmanes, administrando justicia, castigando las extralimitaciones de los privilegios y afianzando en todas partes su autoridad. Otras  veces utilizaban delegados regios como Acuña y Chinchilla en Galicia que actuaban con plenos poderes.
Enrique IV
La reducción de los poderes  de la nobleza transformó radicalmente el papel histórico de este grupo. En  tiempos de Enrique IV los nobles trataban al rey de igual a igual, obligándole a aceptar sus condiciones. A  fines del reinado de los Reyes Católicos la nobleza marcha a remolque de la monarquía y es su principal servidora.
La Beltraneja
La  Guerra de Sucesión, en la que la mayor parte de los grandes se pusieron de parte de la Beltraneja, dio pie a los Reyes Católicos  a atacar sus privilegios y reducir su poder y revisar las mercedes enriqueñas y  todos aquellos títulos y propiedades que los nobles no pudieran demostrar como adquiridos legítimamente. Las interminables disputas entre señores- el duque de Medina Sidonia con el marqués de Cádiz, el conde de Cabra contra el señor de Montilla- fuero cortadas por la fuerza y los monarcas al erigirse en mediadores se convirtieron en árbitros de la situación. Recurso típico de los Reyes fue la destrucción de castillos y fortalezas. 
Torre desmochada
Otra Torre desmochada
Todos estos hechos, unidos a un cambio de mentalidad motivado por el ambiente renacentista, dan lugar a un cambio fundamental en el papel social de la nobleza. El señor de horca y cuchillo se convierte en un caballero, en el Cortesano descrito en su libro por Baltasar de Castiglione; abandona el castillo y se va a vivir a un lujoso palacio plateresco o renacentista en el centro de la ciudad. 
Casa de las Conchas en Salamanca
Tenemos ejemplos como La  Casa de las Conchas y Palacio de Monterrey en Salamanca, Palacio de Infantado en Guadalajara, Casa de Pilatos en Sevilla. Pierde casi todo su poder político y se convierte en un alto aristócrata que conserva su ascendiente social y sus extensas propiedades, cuyas rentas le permiten vivir a lo grande.  Su papel en la vida política queda reducido a ser un alto funcionario de la Corona: Virrey, embajador, general, gobernador; siempre bajo la estrecha supervisión del poder real. El poder de los Reyes se fue así afianzando por encima del de los  nobles.

Baltasar de Castiglione
Casa de Pilatos, Sevilla
En cuanto a las ciudades, la política seguía sus mismos fines: centralización, sumisión al poder supremo. El principal elemento de intervención es el corregidor, representante de monarca en el concejo y provisto de altos poderes judiciales. El corregidor no solía intervenir abiertamente en la administración ciudadana, pero ejercía un papel fiscalizador que coartó la autonomía municipal, pero más la de la oligarquía dirigente que la de los vecinos. En general los corregidores, al reprimir muchos abusos de aquella oligarquía fueron una institución beneficiosa para la vida local.

Los reinos aragoneses

Escudo de la casa de Aragón
La obra de reducción del poder nobiliario y municipal de Castilla no fue tan profunda en los reinos de la Corona de Aragón. Aquí los usos y fueros estaban refrendados por solemnes pactos y Fernándo que siempre muy respetuoso con la constitución político social de los reinos aragoneses por lo que su modernización fue mucho menos profunda y por ello su participación el la política nacional menor.
La nobleza aragonesa estaba en franca decadencia económica, pero defendió con ardor su independencia frente al monarca y su éxito se debe a que estaba mucho más unida que la castellana. A  esto hay que añadir que la pequeña nobleza era contraria a cualquier cambio y el patriciado urbano de las ciudades se opuso con fuerza a cualquier intento de intervención real.
En Cataluña el problema social estaba planteado por los payeses de remensa que estaban vinculados a la tierra en condiciones realmente humillantes; constituían la cuarta parte de la población catalana y en Gerona posiblemente las tres cuartas partes. Los  alzamientos de payeses eran constantes y la situación del campo un desastre. En  1484, un payés de espíritu rebelde, Juan Sala, inició un movimiento en la montaña gerundense que se extiende como un incendio por Cataluña causando una auténtica guerra civil mientras los Reyes estaban ocupados con la guerra de Granada, por lo que hasta el siguiente año no se podía solucionar el problema.
Pero Fernando, consciente de la gravedad de la situación, quiso darle una solución definitiva y más equitativa dando, en 1486, la Sentencia de Dólope, por la que los payeses podían redimir su condición de remensa a costa de una compensación económica extraída de sus propios recursos. La mayor parte de los campesinos pudieron emanciparse y aquel movimiento fue la base de la posterior prosperidad de los pequeños campesinos catalanes. Por el contrario en Aragón y Valencia donde predominaba el agricultor de religión musulmana se mantuvo el régimen señorial.
En cuanto a los municipios, los reinos de  la corona de Aragón no llegaron a conocer la figura del corregidor aunque Fernando para centralizar y para evitar abusos efectuó algunas reformas. Así  en Zaragoza, por ser la capital, era el rey quien nombraba a los regidores, hecho que mejora la administración. Pero en Barcelona resultó más difícil porque el Consejo de Ciento estaba en manos de la clase más poderosa de la ciudad, los caballeros o ciudadanos honrados. Después de muchos forcejeos se consigue en 1493 la estructuración de un nuevo Consejo. Ahora,  de los 144 miembros figurarían 48 caballeros, 32 mercaderes, 32 artesanos y 32 menestrales. Los  caballeros consiguen mantener una mayoría relativa pero estaban en minoría absoluta frente a la suma de los otros grupos sociales de la ciudad. Esto  supone la intervención real y una mayor democratización.
También en la corona de Aragón se da un enfrentamiento entre los nobles y el poder municipal ya que al trasladarse la nobleza a la ciudad pretendían intervenir activamente en la política municipal, coto cerrado del patriciado urbano, este enfrentamiento llegará a ser armado en Valencia con la insurrección de las Germanías.

La unidad religiosa

En tiempo de los Reyes Católicos, en toda Europa la idea de unidad política estaba acompañada de la unidad religiosa.
Los Reyes Católicos  no pretendieron en absoluto nacionalizar la Iglesia ni su independencia de Roma, pero al igual que todas las monarquías modernas, sí tutelarla desde el trono y así  pondrán las bases del Regalismo español. Por  el derecho de Patronato podían presentar candidatos a las dignidades eclesiásticas y a las sedes vacantes, que el Papa no hacía más que confirmar, pero el regalismo de los reyes y sus sucesores los Austrias no perjudicaron en absoluto a la Iglesia  debido a la profunda religiosidad de los monarcas
La reforma de la Iglesia se adelantó en dos generaciones a la reforma de Trento.  El alto clero vivía por lo general  más pendiente de sus intereses y de los avatares políticos que de su auténtica misión pastoral y el bajo clero estaba muy relajado tanto en costumbres como en cultura. Los Reyes encargaron la reforma a varios prelados entre los que destaca el Cardenal Cisneros.
Cardenal Cisneros
La reforma tuvo una doble vertiente; cultural y disciplinar. Esta  reforma surtió buenos efectos en las órdenes religiosas y entre el bajo clero que en adelante cumplió mucha más estrictamente sus obligaciones y vio  progresivamente elevada su formación intelectual y humana. Los prelados y cabildos, no siempre se sometieron de buena gana y la relajación continuó en parte, pero los prelados mostraron menos atención a la política y más a sus funciones específicas.
Los judíos eran en torno a un millón y vivían por lo general en ciudades dedicadas a la artesanía y la usura. Los elevados intereses que exigían, entre el 66% y el 100%, y la abundante necesidad de préstamos en un país pobre, de población predominantemente agrícola y sujeta a cosechas inciertas, hacía que los cristianos estuvieran endeudados sin posibilidad de pagar y los judíos, implacables a la hora de cobrar, concentraban el odio popular. Las matanzas en barrios judíos o aljamas eran frecuentes desde fines del XIV, por lo que las conversiones más o menos ficticias eran numerosas y los conversos o cristianos nuevos ascendieron muy pronto a los grandes puestos en la administración. La  corte de los Reyes Católicos estaba llena de conversos.