MUELLE DE ARRILUCE.GETXO.VIZCAYA. ACUARELA DE PALOMA ROJAS

lunes, 1 de diciembre de 2014

TERTULIA LITERARIA

IOANNES, Alfonso del Río (Libros Libres)

9788415570226[1]


Novela en la que se mezcla la aventura y la historia. El Papa Pedro II es asesinado en Venecia por un personaje encapuchado. Entretanto llegan a la ciudad John Sheppard que desea recuperar el cadáver de su hermano y María Ayarza, una arqueóloga empeñada en descubrir un secreto. Los crímenes se suceden y el asesino va dejando pistas en forma de naipes, dichas huellas son seguidas por los arriba mencionados más un sacerdote católico, miembros el Mossad y guardias suizos. Además la novela se remonta al pasado con narraciones  que se refieren a la historia de Venecia y referencias a un cofre misterioso. Si lo tuviera que comparar con la televisión diría que es similar a un zapping:  espías, espadachines, acciones y algo de historia. Las he leído peores pero también mejores.
http://leocuantopuedo.wordpress.com/2013/08/16/ioannes-alfonso-del-rio-libros-libres/

Esta tertulia fue diferente a las habituales. MªJosé, había invitado al autor a participar en ella y pasamos una hora deliciosa escuchando sus respuestas a todas las preguntas que se le formularon: como se lanzó a la literatura cuando es un hombre muy ocupado y con una familia numerosa. Los viajes realizados para conocer el lugar de los hechos. Como superó las dificultades que se presentaban para conseguir editor. La tenacidad que se necesita para no venirse abajo y seguir intentándolo. En quién se inspiró para construcción de sus personajes. El porvenir de la literatura de papel frente a los e books. Los planes futuros para un segundo libro. Tiempo que dedica a escribir. Como saca ese tiempo. Y nos dejó admiradas la ayuda que le ha prestado su mujer apoyándole en sus proyectos.

jueves, 6 de noviembre de 2014

LA II REPÚBLICA DE ESPAÑA. Continuación




Cartel del Frente Popular
El Frente Popular.

En febrero del 36 los gobiernos radicales, cada vez más desprestigiados, y la negativa de la CEDA a asumir el poder, obliga a ir otra vez a las urnas.
Gil Roble
Pero en este momento las cosas han cambiado. La  derecha estaba desorientada por la táctica dilatoria de Gil Robles, de quien muchos desconfiaban que pudiera sacar a España del atolladero. 

Aumentaba la fuerza de un pequeño grupo, Falange  Española, que acababa de unirse con un núcleo sindicalista, las JONS, que dirigía Ramiro Ledesma
Ramiro Ledesma
Por otra parte los Tradicionalistas ampliaban sus filas dirigidos por Fal Conde y Rodezno. Pero los monárquicos de Alfonso XIII no podían unirse a los carlistas y muchas personas de orden no sintonizaban con la dialéctica de puño y pistolas de Falange. Aparece entonces un nuevo grupo claramente antirrepublicano-  Bloque Nacional - encabezado por Calvo Sotelo, pero que no se llevaba bien con Gil Robles.
Fal Conde
Rodezno
La izquierda sin embargo aparece ocasionalmente unida. Siguiendo las instrucciones de Moscú, socialistas, anarquistas y comunistas forman el Frente Popular y aceptan candidaturas comunes.
Casares Quiroga
Martínez Barrios
El resultado de las elecciones fue muy discutido y es cierto que hubo violencia y falsificaciones, pero el resultado es: derecha 145 escaños, centro 65, izquierda 263.
El Frente Popular exige el gobierno y miembros de la UGT, FAI y CNT impusieron un clima terrorífico en el país sin que las autoridades hicieran nada por impedirlo. No  olvidemos que los anarquistas habían votado pero ninguno era candidato porque ningún anarquista podía ser, por principio, diputado a Cortes. Así  que los elegidos eran o miembros de la izquierda burguesa -  Azaña, Casares Quiroga, Martínez Barrios - o dirigentes del partido socialista -  Besteiro, Prieto o Largo Caballero, algunos de ellos, como los dos primeros, mal vistos por la masa obrera porque los consideraban burgueses. Lo que de verdad ocurre es que fueron los votantes los que tomaron el poder, por lo que Azaña, incapaz de mantener el orden, abandona el gobierno y pasa a presidir la República, desbancando a Alcalá Zamora que hubo de salir acusado de fascista  y reaccionario, quedando de presidente del gobierno el galleguista Casares Quiroga.
Besteiro
Prieto
Alcalá Zamora
El terror se apodera de España mientras las fuerzas del orden permanecen impasibles ante la quema de conventos e iglesias, los tiroteos y los desórdenes en general. Calvo Sotelo se convierte en la voz de la oposición, porque Gil Robles estaba desbordado, y leía en el hemiciclo la lista de barbaridades que se cometían  en España: robos, incendios, asesinatos políticos, tiroteos, atracos etc. El país entero estaba sumido en la anarquía.
Obreros y jornaleros del campo eran los dueños de la situación pero no acertaron a canalizar sus -  en muchos casos dignas y humanas aspiraciones -  y no concebían otro camino que el de la violencia. Esto hace que la Falange aumentara sus efectivos a gran velocidad mientras que en Navarra se entrenaban batallones de requetés y sus jefes se ponían en contacto con el general Mola gobernador militar de Pamplona.
General Mola
El asesinato de Calvo Sotelo el 13 de julio de 1936 por guardias de uniforme acelera el golpe de los militares que se adelanta al 18 de julio sumiendo a España en una guerra civil.
  
Cadaver de Calvo Sotelo
La Guerra Civil

Podemos hablar, en el momento de la Guerra Civil, de tres formas de  ver  España por los españoles:
  1. Un pequeño grupo cada vez más reducido de intelectuales y políticos que seguían creyendo en los viejos sistemas, aunque reconociendo que había que reformarlos, como única forma de lograr la concordia entre los españoles.
  2. Otro grupo que pretendía una revolución tradicional y católica en la que España se volviera a encontrar a si misma bajo un régimen  de autoridad y orden que barriera para siempre la anarquía.
  3. Un tercer grupo que buscaba la revolución pero una revolución destructora  y violenta que permitiera después edificar una sociedad marxista. 

Estos dos últimos grupos eran los más numerosos y van a ser los antagonistas en la Guerra.
Lo que se disputó más que una forma política o un programa de partido, fue un concepto de España. De  ahí el radicalismo de la contienda, la violencia, las matanzas y también el admirable heroísmo  de tantos hombres y mujeres de ambos bandos.

Las durezas en lucha

En aquella confrontación participaron todos los grupos y todas las tendencias ideológicas políticas y sociales de España ya que era casi imposible permanecer indiferente. Solo un pequeño grupo de intelectuales y políticos pertenecientes a la España de en medio prefirió exiliarse y permanecer ajenos a la lucha.
La casi totalidad de los españoles participaron en la lucha de manera más o menos activa.
En el bando nacional se alinearon desde terratenientes hasta miembros de las JONS partidarios de la revolución social y en los republicanos desde viejos políticos liberales hasta fanáticos  anarquistas. Podemos destacar:
Por el bando nacional
El ejército. Muchos militares por razones de patriotismo y del sentido del orden no podían soportar la anarquía y la descomposición del país. Desde hacía años existía una organización semi clandestina, la U.M.E. Muchos jefes y oficiales se estaban poniendo de acuerdo sobre  la necesidad de un golpe militar para derribar la República o al menos implantar una nueva.
La Falange. Era  una fuerza relativamente pequeña, pero muy influyente por su entusiasmo y decisión que la convierten en una fuerza de choque con la que desde el primer momento se podía contar; muchos de sus miembros eran jóvenes de clase media decididos a dar la cara. Aunque  estaban implantados en toda España, sus núcleos más importantes eran la Meseta del Duero y la Baja Andalucía. Sus ideas estaban muy influidas del fascismo imperante en esos momentos en Italia y en ella confluían las ideas de José Antonio, puramente falangistas -  religión, patria, unidad -  con las de Ramiro Ledesma, de las JONS, de alto sentido social revolucionario pero con  sentido cristiano al margen de cualquier connotación de lucha de clases. El pensamiento falangista queda truncado por la temprana muerte de José Antonio que desaparece en  pleno momento fundacional.

Los Carlistas. Su  fuerza de choque son los requetés de la boina roja. Era  una fuerza tradicional con elementos nuevos. Conservaba  la fidelidad a la monarquía y a la dinastía encarnada en aquel momento por el anciano don Alfonso Carlos, pero estaban también dispuestos a luchar por la religión y la renovación de la patria. Su  lema era Dios, Patria, Rey. Eran  antiliberales por excelencia y estaban de acuerdo con los falangistas en que había que superar los últimos 125 años de la historia de España. Sin embargo, discrepaban en el tema de la monarquía y en el concepto de la unidad de la patria. El núcleo fundamental de los carlistas radicaba en las provincias del Norte y particularmente en Navarra donde eran mayoría.
Requetés

lunes, 3 de noviembre de 2014

LA SEGUNDA REPÚBLICA ESPAÑOLA





Apuntes tomados de la clase

El Bienio Social-Azañista 1931-33
Azaña
Una vez aprobada la Constitución republicana de 1931, utópica y con múltiples contradicciones para dar gusto a unos y otros, parecía que los dirigentes iban a ser unos nuevos políticos intelectuales dirigidos por Manuel Azaña
Lerroux
Pero  este grupo era tan pequeño que no podía formar gobierno, por lo que tenían que pactar. Una  posibilidad era con los radicales de Lerroux  pero Azaña pensaba que era un partido viejo e inoperante y quería llevar a cabo políticas más reformistas por lo que decide pactar con los socialistas, que eran la minoría más fuerte en las Cortes. 
Largo Caballero
Pero  Azaña no contaba con que su jefe Largo Caballero había heredado el espíritu cerrado e inflexible de Pablo Iglesias, persona imposible de mantener satisfecha sino era a base de concesiones,  es decir de convertir el régimen republicano en un régimen marxista. Por  otra parte, los  demás grupos de la izquierda, sobre todo los anarquistas, al ver que los socialistas forman parte del gobierno se radicalizan aún más.
Pablo Iglesias
En un principio, el pequeño grupo de Azaña intentó llevar la voz cantante con sus programa de reformas pero más que una política por el porvenir se dedicó a luchar contra el pasado; se deshicieron todas las medidas tomadas durante la Dictadura sin tener en cuenta las más elementales conveniencias, se trató de humillar a la Iglesia y al Ejército y los jesuitas, una vez más, fueron expulsados de España.
Pero la dirección del país se les escapo de las manos muy pronto a los auténticos demócratas y el partido Socialista cuyo Sindicato, la UGT, que  contaba con un millón de afiliados, solo estaba dispuesto a apoyar al Gobierno si este emprendía la revolución social, tal y como la entendían Largo Caballero y los suyos.
Se propone una reforma agraria, que por otra parte era necesaria, sobre todo en Andalucía, Extremadura y la Mancha: por ejemplo en Badajoz medio millón de hectáreas pertenecían a 200 propietarios, en Almería 11.000 hectáreas eran de 5 señores, en la provincia de Córdoba los latifundios constituían el 44% de la extensión total, en Sevilla el 50% y en Cádiz el 58%. La reforma, que era necesaria había fracasado en la Dictadura y fracasaría otra vez en la República.
Reforma Agraria
Los políticos republicanos querían repartir las tierras individualmente entre pequeños propietarios pero los socialistas querían imponer el sistema soviético de granjas colectivas. Grandes extensiones de terreno, fundamentalmente de la nobleza, fueron confiscadas mediante bajas indemnizaciones, pero  los socialistas cometieron errores en la distribución. Uno de ellos fue  organizar la propiedad colectiva, cosa que no estaba de acuerdo con el carácter individualista de los españoles, sobre todo del andaluz. En  algunos casos los campesinos se repartieron las parcelas rechazando el régimen comunitario.Y otro error fue entregar la tierras a sus amigos afiliados a UGT y organizaciones afines, con gran escándalo de los anarquistas que recrudecen sus campañas de violencia.
La reforma agraria fue un fracaso porque el Estado, en plena bancarrota, no tenía medios.  Además  provocó todo tipo de críticas: por una parte los que no aceptaban el colectivismo, por otro los anarquistas que se ven marginados y por otro los propietarios que serán enemigos declarados del régimen. A esto hemos de añadir la crisis económica que afectaba especialmente a los productos del campo produciendo paro a cientos de miles de jornaleros.
Otra medida que adoptó el gobierno republicano fue la concesión del Estatuto de Cataluña que la convertía en Estado semiautónomo; de hecho los catalanes quedaban supeditados al poder central en poco más que en las relaciones internacionales.
General Sanjurjo
Parece ser que el secesionismo provoca el movimiento del general Sanjurjo en agosto de 1932, que sólo estalla en Sevilla y Madrid; fue un golpe sin plan ni unión entre sus miembros y Sanjurjo y los suyos fueron desterrados al Sahara.
Todo esto deja herido de muerte al gobierno de los intelectuales, que al ser superados por los socialistas, hunden a la República en la demagogia social sin que la situación laboral mejorase en absoluto. Los obreros desengañados del régimen estaban dispuestos a organizar la revolución por su cuenta, sobre todo los anarquistas, cuya CNT contaba ya con un millón de afiliados.
Colectividad de Aragón de la CNT
Los  sucesos de Castilblanco, Casa Viejas, producen escenas de una impresionante crueldad. Los  obreros y campesinos se sentían engañados, los católicos manifestaban su disgusto, las gente de orden, los militares y los grandes propietarios casa vez estaban más en contra de la  situación.
Matanza de Casas Viejas
El Bienio Radical-Cedista (1933-35)

El fracaso de Azaña como gobernante, el sectarismo antirreligioso,la crisis económica y social, los movimientos separatistas etc. habían hecho reaccionar a muchos contra la República. Algunos  de los que habían propiciado su venida se sentían desengañados ,como es el caso de Ortega y Gasset que escribió su famoso artículo: "No es eso, no es eso".
Ortega y Gasset
Las masas católicas, que seguían siendo la porción más considerable del país, comprendieron la necesidad de unirse y participar en la vida política y surge un movimiento inspirado por Ángel Herrera y dirigido por un joven catedrático de Salamanca, José María Gil Robles, la CEDA. Pretendía  aglutinar a todos los grupos de derecha bajo el común denominador de católico. Propuso  a los obreros una justa reforma social, a los propietarios la defensa de la propiedad, el orden y la autoridad.
Gil Robles
Gil Robles, gran orador supo captar las simpatías de mucha gente y se presenta como la segunda oportunidad de la República, ya que no pretendió acabar con el régimen sino moderarlo.
José Antonio Primo de Rivera
También en esos momentos aparecieron otros grupos: el hijo del Dictador José Antonio Primo de Rivera funda la Falange que más que un partido es un anti partido; el carlismo con un planteamiento modernizado y sugestivo tanto en lo político como en lo social. Así como  Renovación Nacional, que pretendía la renovación del país sobre bases monárquicas.
El éxito de la CEDA es que la derecha se presenta unida mientras que la izquierda lo hace desunida porque  los anarquista proponen la abstención ya que afirmaban que la política corrompe y la CNT llena España de carteles con el eslogan: "Obrero, no votes"
El resultado de las elecciones es: CEDA 152 escaños, radicales 79, socialistas 58, el resto de grupo obtienen cifras muy pequeñas. En  resumen, Derecha 207 escaños, Centro 267, Izquierda 93.

Como la CEDA no tenía mayoría absoluta tiene que pactar y dan el gobierno a los radicales sin presencia de ministros de la CEDA en el gobierno. De esta forma  si el ministerio fracasa Gil Robles y los suyos  podían lavarse las manos.
Pero la corrupción del partido de Lerroux, sobre todo cuando estalla el escándalo del Estraperlo, hace que Gil Robles decida entrar en el gobierno en otoño de 1934 lo que  provocó una revolución.

Los socialistas, que no se conformaban con el papel de minoría, propalan la idea de que Gil Robles pretendía implantar una dictadura fascista; no olvidemos que por esos días Hitler había dado el golpe en Alemania. En conclusión: anarquistas, comunistas y socialistas se lanzan a la calle con distintos resultados: en Madrid, donde la UGT era muy fuerte fracasa, porque las armas destinadas a los revolucionarios fueron descubiertas  por las autoridades y aunque se luchó en las calles, las fuerza del orden y el ejército sofocaron  la revolución.
Hitler
Pero  el 5 de octubre en Barcelona,  el presidentes de la Generalidad Companys, aprovechó el desorden y proclamó la República Federal de Cataluña pensando que el pueblo, en masa, le iba a secundar. Pero  no fue así, Companys se quedó solo en el palacio  de la Generalidad sitiado por el ejército y  tuvo que rendise.
Companys
Donde hubo una verdadera guerra fue en Asturias. Más  de 50.000 mineros, en su mayor parte de e UGT, se lanzaron a la revolución consiguiendo armas en la fábrica de Trubia, tomando la cuenca minera, Oviedo y Gijón. Se  recurrió  al ejército y se traen de Marruecos a la Legión y a los Regulares que tardaron quince días en restablecer el orden a costa de 3.000 muertos y 7.000 heridos, cuantiosas pérdidas materiales y artísticas como la voladura de la Cámara Santa de la catedral de Oviedo y el incendio  de la Universidad.
Gil Robles no aprovecha la oportunidad y sigue esperando a que le llamen.  Su  táctica de esperar descompone la CEDA.
Levantamiento de Asturias
Por otra parte los socialistas se divorcian del  régimen ya que la revolución de octubre abre una brecha imposible de rellenar y el abandono de los socialistas de una actitud más o menos colaboracionista con la República fue la sentencia de muerte de la misma.

viernes, 17 de octubre de 2014

LA CAÍDA DE LA DICTADURA



Alfonso XIII, Primo de Rivera y el General Berenguer
Apuntes de la clase


La Dictadura había dado paz al país y había elevado el nivel económico pero no había satisfecho las esperanzas de muchos españoles ya que no había resuelto los problemas sino que los había arrinconado y eso no era una solución.
No había dado un nuevo cauce político, es decir un sistema con garantías de pervivencia. Tampoco  había resuelto el problema social por la oposición de los elementos capitalistas y terratenientes, que eran imprescindibles a la hora de las grandes plantificaciones económicas, y de las fuerzas socialistas que en un principio habían colaborado y poco a poco se van distanciando y se convierten en oposición acérrima el régimen. Tampoco los nacionalistas catalanes  se conforman con las iniciales concesiones y comienzan a reclamar nueva condiciones al gobierno; incluso el problema militar queda latente porque muchos militares descontentos con el personalismo del Dictador y  con la introducción de civiles en el gobierno,  empiezan a pasarse al bando contrario. La clase intelectual no había simpatizado nunca con la Dictadura y Melquiades Álvarez, Marañón, Ortega y Unamuno, entre otros, eran  enemigos declarados de la Dictadura. Incluso los contribuyentes estaban enfadados por la honestidad de la administración. A  todo esto hay que añadir el descontento de las grandes finanzas internacionales sobre todo de las grandes compañías petrolíferas por la creación de CAMPSA.
Melquiades Álvarez
Marañon
Ortega y Gasset
Unamuno
Hasta 1929 la oposición era parcial, obra de grupos dispersos, muchos de ellos movidos por intereses particulares, pero la crisis del 29 afecta de modo contundente porque la bonanza española había animado a inversores extranjeros a invertir en España. Esto contribuyó a  que los bancos hicieran muy buenos negocios y que la peseta se convirtiera en un moneda fuerte. De  hecho, la peseta llega a cotizarse a 27 la libra esterlina, pero al apercibirse la recesión, los inversores retiran sus capitales y comienza el pánico. Calvo Sotelo intenta paliar la crisis manteniendo unos cambios muy perjudiciales y al final tiene que poner a 33 pesetas por libra, pero se precipita la alarma y en los mercados extranjeros exigían 60 pesetas por libra.
Primo de Rivera
La prosperidad de los felices 20 se viene abajo y los españoles culpan al gobierno. Aunque muchos querían la permanencia de Primo de Rivera, los grupos más activos de la sociedad - antiguos políticos, intelectuales, militares, dirigentes obreros -  se enfrentan al Dictador al que también le falto el respaldo de Rey. Primo de Rivera después de consultar a los capitanes generales y almirantes de la Armada decir marchar en enero 1930, muriendo en París semanas después.

LA SEGUNDA REPÚBLICA

Alfonso XIII
La Dictadura cayó en enero de 1930 y Alfonso XIII en abril de 1931. El  corto plazo entre ambos acontecimientos nos indica que uno es resultado del otro.
Hay una cosa clara y  es que en 1923 el régimen de la Restauración Canovista esta caduco y la Dictadura vino a sustituir momentáneamente a aquella maquinaria inútil pero sin conseguir introducir un sistema nuevo con unos órganos e instituciones capaces de remplazar  a los antiguos.
Los viejos partidos dinásticos estaban desechos por el desprestigio mientras que los grupos no  monárquicos -  socialistas, republicanos y regionalistas -  se habían desarrollado y son en ese momento muy poderosos.
Los socialistas y anarquistas consideraban que la caída de la monarquía era un paso importante hacia la revolución; los grupos regionalistas pensaban que la República sería más proclive a fórmulas autónomas o federales. Muchos políticos que antes habían servido al rey estaban despechados por la traición de este al pactar con la Dictadura y estaba dispuestos a pactar con el nuevo régimen si este triunfaba. Muchos  españoles de clase media que en principio habían esperado mucho de Primo de Rivera, pensaban que la vuelta a las viejas oligarquías turnantes  iba a aplazar indefinidamente la regeneración que España necesitaba y que esta solo vendría mediante un cambio de régimen. Incluso  gente tan católica y de derechas como Alcalá Zamora y Miguel Maura optan por la República.
Todo esto hace que los republicanos, aunque no eran la mayoría,  sí eran los que más gritaban y estaban más dispuestos a imponer su opinión.
Los políticos republicanos tuvieron que dar la mano a grupos que lo que buscaban era servirse de la República para llegar a la revolución.

LA CAÍDA DE ALFONSO XIII

Al dimitir Primo de Rivera al Rey le quedaban tres soluciones:
- Mantener la Dictadura bien asumiendo el los poderes o nombrando otro dictador
- Regresar al Régimen anterior
- Seguir un camino intermedio buscando un modelo que permitirá volver a la normalidad.
Opta por este último y encomienda el poder al general Berenguer propuesto por Primo de Rivera, pero con instrucciones concretas para volver al ejercicio de la Constitución y al régimen de partidos.
General Berenguer
Berenguer es un militar que en Marruecos había acreditado su serenidad y sus dotes de mando, pero su gestión política no gusto a nadie ya que por un lado se dedicó a deshacer la obra de la Dictadura y por otro sentía desconfianza hacia los viejos políticos y retrasaba el momento  de darles el poder. Es  decir por una parte deshacía la Dictadura pero no acertaba a canalizar la desembocadura en un régimen constitucional,  por lo que el gobernó se queda solo.
Alcala Zamora


Miguel Maura y Azaña

Alfonso XIII y Romanones
Por otra parte los partidos monárquicos estaba deshechos y parecía una temeridad entregarles el poder. Algunos  miembros de la derecha como Alcalá Zamora y Miguel Maura se declararon abiertamente republicanos y Romanones, que se mantenía fiel a la monarquía, estaba despechado con el rey y se negaba a cooperar con Berenguer.
Pacto de San Sebastián

En agosto de 1930 los elementos republicanos firman  el Pacto de San Sebastián y suscriben un manifiesto en el que proclaman que la única salida posible es la proclamación de la República. Entre  los firmantes están personas tan variopintas como el conservador y católico Alcalá Zamora, el escritor ateo Azaña, el radical Lerroux, los socialistas Indalecio Prieto y Fernando de los Ríos, el catalanista Oliver d'Olwer. Todos parecían entenderse bien y se hacían ilusiones respecto a los resultados de ese pacto.
Alejandro Lerroux
Indalecio Prieto
Fernándo de los Ríos

Oliver d' Olwer 
Casi al mismo tiempo afloran instituciones republicanas: Asociación Republicana Militar, Los Intelectuales al servicio de la República,  a la que se afilia Ortega.
Galán y García Hernández
Ramón Francó
En diciembre estallan casi simultáneamente dos intentonas republicanas: la de Jaca, obra de oficiales de tendencia marxista, Galán y García Hernández, y otra en el aeródromo de Cuatro Vientos, promovida por Ramón Franco y otros aviadores que se habían pasado al republicanismo. Los dos fueron abortados porque carecían de fuerza  y apoyos; pero el fusilamiento de los oficiales de Jaca y el encarcelamiento del comité revolucionario establecido en Madrid, dieron a la República héroes y mártires.
El Gobierno decide recurrir al pueblo y convocar elecciones pero los partidos se negaron a colaborar por lo que Berenguer dimite en febrero de 1931. Es llamado a formar gobierno el almirante Aznar, hombre débil que va a enterrar a la monarquía. Para  evitar el fracaso que significaría unas elecciones legislativas se decidió convocar elecciones  municipales pensando que así no podría ocurrir nada irreparable.
Almirante Aznar

Las elecciones se celebran el 12 de abril y de hecho ganaron los monárquicos en 42 provincias pero son los republicanos vencedores en la casi totalidad de las capitales de provincias.  Afirmando  que el voto en los pueblos no era moralmente válido por culpa del caciquismo, se atribuyen el triunfo y se lanzan a la calle a celebrarlo. El gobierno con una debilidad inconcebible se consideró vencido y el almirante Aznar declara: “España se acostó monárquica y se levantó republicana”.

EL RÉGIMEN REPUBLICANO

El cambio fue bien recibido por muchos españoles; incluso don Ángel Herrera Oria, presidente y fundador de la Asociación Nacional de Propagandistas,  hasta la UGT que soñaba con la revolución, aceptan con más o menos complacencia la república. Pero hay que tener en cuenta: el cambio se debe más al hundimiento de la monarquía que al triunfo de la república.
Don Ángel García Oria
Las fuerzas republicanas estaban divididas entre si y era imposible un programa republicano unitario.
La mayor parte de los grupos políticos que habían ayudado al cambio de régimen, lo habían hecho para servirse de la República como instrumento de sus fines particulares. Entre  estos podemos citar a los regionalistas, los socialistas con sus organización sindical la UGT y los anarquistas y su sindicato la CNT.