MUELLE DE ARRILUCE.GETXO.VIZCAYA. ACUARELA DE PALOMA ROJAS

viernes, 7 de febrero de 2014

SIGLO XVIII EN ESPAÑA Y CARLOS IV (continuación)



Carlos IV
Reina María Luis
La Guerra de Independencia de los E.E.U.U.


En 1776 las colonias británicas de Norteamérica declararon su independencia y la podemos considerar como la primera reacción violenta del liberalismo contra el Antiguo Régimen. Los colonos, que tenían un gran potencial, carecían, sí embargo, de experiencia política y militar; todo el mundo consideraba que Inglaterra dominaría la revuelta y los propios colonos estaban convencidos que, sin ayuda, no podrían vencer, por lo que envían delegados a Francia y España entre otros a Franklin que visitará Francia para pedir ayuda económica y militar y, además, para convencer a las dos potencias de que declararan  la guerra a Gran Bretaña. En Francia la idea gustó mucho por un deseo de revancha por la pérdida de Canadá. En  España estas peticiones no gustaron demasiado porque temían la aparición de una poderosa república en el Norte y el efecto  contagio que produciría en nuestras colonias, razón por la que en principio España opta por dar ayuda economía y vender armas a los rebeldes. Pero  la victoria de Saratoga a finales de 1777 hace ver a Francia y España que los colonos podrían ganar y no podían desaprovechar la oportunidad de humillar a Inglaterra.
Benjamini Franklin
Rendición del General Burgoyne tras la Batalla de Saratoga
La acción española fue más contunden que la francesa. Por el sur, el gobernador Gálvez conquista la zona norte del golfo de Méjico y expulsa a los ingleses de Pensacola y Florida y las tropas de América Central ocupan los establecimientos británicos en Honduras.
Mientras tanto la flota aliada, con el duque de Crillon a la cabeza, desembarca en Menorca y devuelve la isla a España. Este  éxito anima a Crillon a atacar Gibraltar. 
Gobernador Gálvez
Pensacola y Florida
Duque de Crillon
En  esta campaña, ambos contendientes usaron los medios más modernos de la época; se utilizaron las baterías flotantes del caballero D'Arcon con las que pensaban rendir la plaza bombardeando desde la bahía de Algeciras, pero eran demasiado pesadas y vulnerables ante las balas rojas inglesas, proyectiles incandescentes  que consiguieron hundirlas.  Más éxito tuvieron las lanchas cañoneras ideadas por Barceló, marino mallorquín cuyos bombardeos nocturnos fueron una auténtica pesadilla para los gibraltareños, pero cuando estaba a punto de conseguir triunfar, Barceló fue destituido por motivos de clase: era de clase humilde y los marinos de sangre azul no lo soportaban. La razón de que  Gibraltar siguiera en manos inglesas al firmar La Paz de Versalles fue que  Floridablanca estaba tan convencido de que había que frenar a los rebeldes americanos  que decidió renunciar a la cesión de Gibraltar con tal de mantener el Imperio Americano. 
Baterías Flotantes
Antonio de Barceló
España consiguió alejar a los ingleses de las colonias americanas porque los británicos quedaron limitados a Canadá, lejos de las posesiones españolas.  Sin embargo como  los futuros Estados Unidos de América podían ser tan peligroso o más que Gran Bretaña para España, era necesario limitar su expansión por lo  que Floridablanca  consigue adquirir para España toda la costa mejicana, las dos Floridas, y se reserva los derechos de navegación por el Missisipí, además de profundizar en la colonización de Arizona, Colorado y California donde acababa de fundar San Francisco fray Junípero Serra.
Fray J nipero Serra

El Tratado de Versalles de 1783 es la confirmación del poderío español, momento culminante del imperio americano, pero los peligros que acechaban eran, por un lado, que Inglaterra mantenía su formidables escuadra y por otro, que surge el peligro estadounidense, no por su fuerza sino por el ejemplo emancipador en las élites burguesas de las colonias.

La Revolución Francesa

En diciembre de 1788 comienza el reinado de Carlos IV y en julio de 1789 estalla la Revolución Francesa. A partir  de entonces la política española va a remolque de los acontecimientos franceses. Se pueden  distinguir dos periodos:
- Hasta 1795, lo que Comellas llama la reacción simétrica a lo que ocurre en Francia: a las violencia de los franceses, responde una postura firme por parte de España, a los periodos de moderación se responde con moderación.
- Desde 1795 podemos hablar de correlación: a las iniciativas francesas España responde con una postura similar, la alianza se transforma en dependencia y la política de Carlos IV queda ligada a Francia hasta que lleguemos a los terribles acontecimientos de 1808.
Podemos decir que España queda supeditada a Francia y esto nos lleva a abandonar los auténticos intereses nacionales, la política atlántica de sus antecesores.
Carlos IV, hombre de poca personalidad y limitada inteligencia, muy parecido a su primo Luis XVI, no era el hombre adecuado para gobernar en una época como la que le tocó vivir. Comienza su reinado con los ministros  de su padre, Floridablanca y Aranda, que se encuentran ante un fuerte dilema: si se alejaban de Francia, nuestra tradicional aliada, tendríamos que seguir solos frente a Gran Bretaña. Enfrentarnos  a la Revolución Francesa implicaba ir juntos con nuestros tradicionales enemigos, que no dejaban de obstaculiza el comercio con América, por lo que era necesario renovar la alianza con Francia en cuanto fuera posible.
Por otra parte en España aparecen dos corrientes de opinión importantes. Por una parte, los conservadores y tradicionales  que opinaban que la Revolución atentaba contra los principios básicos de la  convivencia humana: religión, monarquía y vínculos sociales. Por otra parte, los ilustrados españoles consideraban que los principios revolucionarios eran válidos y deseables, pero no la violencia y el terror. La  mayor parte de los ilustrados españoles eran de los que apadrinan una revolución y se asustan de sus consecuencias y por último estaban los que estaban de acuerdo con todo: principios y consecuencias.
En estos momentos, la conciencia interna de España que se elabora durante la Edad Moderna comienza a disociarse a finales del XVIII y va a caracterizar lo que resta de historia de España.

Política. Floridablanca y Aranda

Floridablanca
Malaspina
Carlos IV coloca a la cabeza del gobierno a Floridablanca que mantiene la política reformista y continúa atendiendo a la política atlántica. Se  desarrolla también la del Pacífico, con las exploraciones de Malaspina y barcos españoles llegan hasta las costas de Canadá. Carlos IV, buena persona, rodeado de ministros expertos, prometía un reinado feliz parecido al de Fernando VI, pero las noticias que llegan de París en 1789 son cada vez más alarmantes, sobre todo con el asalto a la Bastilla y las humillaciones infligidas  a Luis XVI. Floridablanca, partidario de una revolución desde arriba, no estaba dispuesto a permitir que la burguesía tomara el poder. Asustado  ante el posible contagio en España, su política será preservar a España de tal  contagio cerrando la frontera hasta el extremo de impedir la entrada de refugiados, po
r temor a que fueran revolucionarios disfrazados. Tras  la reclusión de la familia real francesa, después del intento de la fuga de Varennes y la  obligación impuesta  al  rey de jurar la constitución, Floridablanca pública durísimas notas de protesta que fueron aprovechadas por el embajador francés Bourgoyn que presentó la jura del rey francés como un hecho normal, haciendo ver que  en Francia no pasaba nada. Buscaba así  conseguir la caía de Floridablanca.


Huida de Varennes de Luis XVI de Francia 

Conde de Aranda
En 1791 sube al poder el conde de Aranda, amigo de Voltaire y de muchos de los que habían patrocinada la Revolución Francesa. Aranda, hombre ilustrado pero de orden, admiraba los progresos conseguidos en Francia pero abominaba da la demagogia y el desorden y su política va a ser de cautelosa vigilancia. Se  abren las fronteras pero se vigila estrechamente la frontera. Pero en 1792 cuando se produce el asalto a las Tullerias, se destituye a Luis XVI, se proclama la república y comienza el terror, Aranda es  destituido y desterrado con lo que en tres años, la Revolución Francesa acaba con los dos puntales de la política española.

Política: de Godoy 

Godoy pintado por Goya
En 1792 sube al poder un joven desconocido, Manuel Godoy, de ilustra familia extremeña venida a menos, que llevará a cabo una carrera meteórica porque pasa de guardia de Corps a brigadier, mariscal de campo, teniente general, duque de Alcudia, grande de España, caballero del Toisón de oro, Gran Cruz de Carlos III, secretario de despacho etc. Llega a primer ministro con 25 años, se dice que llega al poder gracias a la frivolidad de la reina, pero también el rey tiene algo que ver ya que el joven guardia de corps participaba con ardor en las tertulias que los reyes tenían todas las tardes. Carlos IV quería un partido nacional al margen de los de Aranda y Floridablanca, con los que el rey no simpatizaba en absoluto. Y tras los fracasos de los anteriores hace su  aparición Godoy como el joven caudillo de la reacción monárquica.
Godoy era ilustrado y admirador de Jovellanos.  Al principio de su gobierno crea nuevos centros de enseñanza y fomenta las Sociedades de Amigos del País que llegan a cien. Además  crea el Montepío de Labradores. Por  otra parte se opone al realismo del  ministro Urquijo  y permite la vuelta de  los jesuitas a España.  

sábado, 1 de febrero de 2014

LAS REALIZACIONES DEL SIGLO XVIII



Carlos III  fundando las colonias de Sierra Morena
El XVIII fue un siglo de muchas realizaciones sobre todo en las obras públicas pero fallo en la reforma agraria aunque aumentó la producción. También en la industria y el comercio se alcanzaron altos niveles de desarrollo.
Se desarrollan los regadíos con el canal de Aragón, el de Tauste y la construcción de pantanos como el de Lorca. También  se abren caminos para dar salida  a los productos de zonas incomunicadas y es destacable la repoblación de la Sierra Morena llevada a cabo por Pablo de Olavide que trae colonos suizos y alemanes que se establecen en La Carlota, La Luisiana o La Carolina donde había la prohibición de crear mayorazgos y acumular herencias; todos los ciudadanos son iguales con idénticos derechos y deberes y con la obligación de saber leer y escribir. También se intentaron colonizaciones en Extremadura y Salamanca. Todo  esto aunque apreciable no tiene demasiado éxito porque no le acompaña la iniciativa privada y cuando cae Olavide en desgracia se termina el proyecto.
Pablo de Olavide
Donde no se consigue casi nada es el campo de las desamortizaciones porque la estructura de la propiedad siguió en manos de la aristocracia y se mantienen los grandes latifundios con mínimos rendimientos, aunque no podemos negar que algunos aristócratas también ilustrados introdujeron nuevas técnicas en sus fincas y aumentaron la producción. También  incide el hecho de que se introducen nuevos cultivos procedentes de América: la patata y el maíz. 
Respecto a la industria, el Estado intentó acabar con el viejo concepto de deshonra legal del trabajo y se dan facilidades a los inversores. Se  procura terminar con el sistema gremial para favorecer la iniciativa individual permitiendo amplios márgenes de beneficios a los comerciantes e industriales. Va  a destacar la industria textil gracias a la utilización del algodón primero en Cataluña, luego en Bejar y Sevilla. A finales el XVIII España poseía la única producción algodonera de Europa. 
Se  desarrolla la industria naval tanto de guerra como mercante y la industria de transformación de los productos coloniales: fábricas de tabaco, ingenios de azúcar y a lo largo del siglo aumenta de forma muy importante el consumo de hierro.
Se adopta el librecambismo, se quitan las aduanas interiores y se elimina la necesidad de licencias para la producción y se liberalizó las importaciones. De estos  cambios, la más importante es la libertad de tráfico con América que a partir de 1778, termina con el monopolio  Sevilla y Cádiz hecho que desarrolla de forma importantísima la actividad comercial e industrial de España.
Palacio de Azkoitia,  de los Amigos del País de Guipuzcoa
En este campo es importante destacar la actividad de las Sociedades Económicas de Amigos del País, nacidas a partir de la idea de un grupo de ilustrados guipuzcoanos y que Campomanes impulso llegando a ser más de 70 a finales del siglo en todo el país. Eran  salones donde se discutía sobre temas científicos y culturales y a la vez centros para  el desarrollo de  la agricultura, la industria o la artesanía. En  las provincias fue el instrumento de las élites ilustradas y reformistas para llevar a cabo su función reformadora de la sociedad. A ellas se deben muchas innovaciones  de la técnica agrícola y el establecimiento de empresas de artesanía además de la creación de escuelas técnicas, la  importación de libros científicos y la dotación de becas para estudiar en el extranjero.
Campomanes
Grupos ideológicos:

Los ilustrados españoles como los de toda Europa giran en torno a dos ideas: la racional, y lo utilitario; esta forma de pensar es la que caracteriza toda la cultura occidental del momento y se manifiesta en todos los aspectos del pensamiento: cultura, economía, filosofía, arte, poesía etc. España en este momento ha perdido el espíritu creador del Siglo de Oro, ahora lo que hace es importar ideas y ponerlas en práctica. De aquí surgirán dos grupos: aquellos que quieren copiar literalmente todo lo que llega de Europa, fundamentalmente de Francia y los que prefieren buscar formular acordes con la tradición española.
El problema estriba en que la filosofía racionalista concede a la razón el derecho a juzgarlo todo- hasta a Dios- conforme a criterios humanos. Pero  el sentir católico  de muchos españoles les impide llegar hasta el fin por el camino de lo racional. De  hecho el gran problema de muchos reformistas es que se sienten muy españoles pero no encuentran en la tradición española elementos de renovación y buscan la síntesis en otros. Sin  embargo no ven otra forma de reformar que extranjerizándose.
Podemos hablar de cuatro grupos:
- los conservadores: Los que no quieren ningún cambio porque consideran peligrosa cualquier innovación. Es un grupo numeroso y muy influyente.
- los tradicionales: Se oponen a la moda extrajera, pero no a las reformas que sin romper con lo español convenga para el desarrollo del país, en este grupo podemos colocar a Cadalso el autor de las Cartas Marruecas.
- los cristianos ilustrados: es un intento de conciliar el pensamiento racionalista con el sentido católico. La mayor parte de los intelectuales del periodo pertenecen a este grupo y pretenden adaptar lo que llega de fuera al carácter español y a las verdades de la fe católica. Destacan  en este grupo: Feijoo, Campomanes, Floridablanca y Jovellanos.
Floridablanca
Jovellanos
- los revolucionarios: siguen sobre todo a Voltaire, su programa es radical pero son pocos y poco influyentes.
Voltaire
Podemos decir que lo más importante de todo esto es que por primera vez los españoles están divididos ideológicamente y esta disociación va a tener consecuencias funestas.

La política marítima:

La política de Carlos III en este ámbito es la de defensa y ampliación de las posesiones ultramarinas, política que se mantiene desde el gobierno del marqués de la Ensenada, basada en la alianza con Francia, la vigilancia de las intenciones inglesas, el desarrollo de la construcción naval y la fortificación de las plaza americanas, combinado todo ello con el fomento de la producción y la aplicación de políticas librecambistas.
Marqués de la Ensemada
Como podemos recordar, La Paz de París  1763, no gusta al gobierno español porque expulsaba a Francia de América y nos dejaba solos frente a las ambiciones británicas. Esto hace ver a Carlos III que la defensa de América quedaba en nuestras manos y que no podríamos contar con ayuda francesa en Las Indias. Este hecho  contribuye a  que los arsenales de Ferrol se amplíen y lleguen a emplear a 15.000 obreros.  En  estos años América ocupa la atención de nuestros políticos de forma primordial, opción que se demostrara acertada ya que el tráfico americano tiene un desarrollo fabuloso y los ingleses son batidos en todos sus intentos de dificultar el tráfico comercial con las colonias americanas. Podemos  decir que al final del reinado de Carlos III España había llegado a una segunda plenitud histórica y parecía que se iniciaba una segunda época imperial. De  esta época es la aparición de la bandera Roja y Amarilla y de la composición de la Marcha Real,  símbolos de la nueva época.

Marruecos:

La intervención en Marruecos viene dada por la necesidad de busca mercados y para eso era necesario controlar a los piratas  berberiscos y los ataques a Ceuta y Melilla. El  sultán de Marruecos tenía un importante ejército pero no una buena flota por lo que estaba en inferioridad de Condiciones frente a España. Esto  hace que decida establecer negociaciones, en un principio difíciles, porque España pedía que se abriesen al comercio todos los puertos marroquíes y Marruecos exigía la entrega de Ceuta y Melilla,. En  1767 se firmó un Tratado de paz que favorecía los intereses españoles, pero la paz se rompe en 1773 cuando los marroquíes atacan Ceuta, Melilla y el Peñón de Vélez . España declara la guerra a Marruecos y cuando se preparaba una expedición de castigo, el sultán pide la paz consiguiendo un tratado de paz en 1780 que permitirá a España monopolizar el comercio de todo el trigo marroquí.

Zona del Río de la Plata:
Virreinato del Río de la Plata
A partir de la paz de París el interés económico, hasta entonces en las Antillas por el tabaco, el azúcar, el,cacao y el,café, se desplaza hacia el sur ya que la producción de cereales, carne y cuero de esa zona superaban en cantidad y precio a la europea. Buenos Aires triplica sus habitantes durante el reinado de Carlos III y se convierte en una importantísima plaza comercial. Además  el tráfico marino a través del cabo de Hornos se incrementa con los adelantos en la construcción de barcos.
Los ingleses ocuparon las Malvinas, frente a la Patagonia muy cerca del estrecho Magallanes por lo que España tiene que fortificar y proteger la zona sobre todo después de que los ingleses construyeran la ciudad de Port Egmont en las Malvinas. El gobernador de Buenos Aires, Bucarelli,  reconquistó las islas en 1770, operación que desautorizó Madrid para evitar una guerra, por lo que se llegó a neutralizar la zona con la retirada de unos y otros. Esto   contribuye a  que se colonice la Patagonia y que se vigilé el cabo de Hornos.
El problema se va a situar más  al norte, en la colonia de Sacramento en el estuario del Plata ya que por la paz de París había que devolverlo a Portugal, pero eso significaba un nuevo Gibraltar en una zona de gran importancia económica para España.
En 1774 la alianza con Francia anima a Carlos III a romper con Portugal y declarar la guerra. El  marqués de Ceballos, gobernador de Buenos Aires, es ascendido  a virrey de Río de la Plata y lanza una ofensiva sobre Brasil conquistando las colonias de Sacramento, Santa Catalina y todos los territorios reclamados por España, no quedando más remedio a Portugal que avenirse a la paz con España.
Ceballos
De esta forma nació el virreinato del Río se la Plata. No  se trataba de un ascenso honorífico para Ceballos sino del nacimiento de un virreinato que reconocía la importancia de esos territorios, para vigilar la zona del cabo de Hornos y para defender Perú y la costa del Pacífico.
En muy pocos años se produjeron las más importantes reformas en América: 1776 creación del virreinato del Río de la Plata, 1778 liberación de comercio, 1782 organización de América en intendencias. Podemos afirmar que el final del XVIII fue el periodo de mayor prosperidad de la colonización americana.