MUELLE DE ARRILUCE.GETXO.VIZCAYA. ACUARELA DE PALOMA ROJAS

domingo, 11 de marzo de 2012

LAS GRANDES FIGURAS DEL SIGLO XIII



LOS PRIMEROS TEXTOS EN LENGUA VULGAR

Aparecen  los textos cortos de carácter satírico o humorístico de fácil comprensión y de temática bastante rudimentarios.  Como ejemplos podemos citar  Los Roman de Renard;  textos cuyos protagonistas eran animales personalizados. Por otro lado   esta el desarrollo del teatro litúrgico, piezas religiosas representadas en las iglesias. Entre la poesía destaca el Roman de la Rose, la pieza lírica más importante del siglo XII, obra muy larga escrita por autores diferentes, unos en la primera mitad del siglo y otros en la segunda mitad.
Le Roman de Renard

Miniatura del Roman de la Rose

Las Escuelas de Oxford y París, después del gran esfuerzo cultural del siglo XI I, tuvieron el gran mérito de dar unidad a todos esos conocimientos  en el siglo XIII , mediante las SUMAS, obra típica de esa época. Son obras con una gran preocupación didáctica que cuidan el rigor y la precisión en la exposición. El profesor es el intelectual típico del siglo XIII y su obra se genera de la enseñanza. Por eso  no es extraño que los dos  centros culturales de esa época  sean las Universidades de París y Oxford. 
Robert  Bacon


Rober Grosssetesste


En Inglaterra las dos figuras más importantes son Robert  Grossetesste, muerto en 1253 y Roger Bacon,  muerto en 1292, cuyas obras resaltan la importancia de las matemáticas y la experiencia. En París no hay tantas preocupaciones científicas; destaca por la elaboración del conocimiento al servicio de la teología, gracias a un conjunto de figuras excepcionales: San Buenaventura, San Alberto Magno y Santo Tomás de Aquino.

San Buenaventura. (1221-1274)


San Buenaventura
General de la orden Franciscana, es exclusivamente teólogo. Su objetivo fundamental es el amor divino al servicio  del cual  la ciencia aparece como camino de acceso. Su obra es  una demostración de como el alma camina hacia Dios. Parte de Aristóteles al  nivel del conocimiento sensible pero entra por un camino místico que le conduce a relaciones claramente agustinianas.

San Alberto Magno
San Alberto Magno
Al contrario que en San Buenaventura en San Alberto Magno,  hay clara distinción entre la Filosofía y la Teología. Nace en 1207, estudia en Bolonia, Padua, Colonia y París, donde es profesor en la escuela  de teología de los Dominicos y después  lo es también  en Colonia  donde muere en 1280.  Dejó una obra enciclopédica que va de la jardinería a la zoología y la astrología, pasando por la filosofía.  Su gran mérito es tomar conciencia de lo que representa el esfuerzo filosófico y científico de los griegos y de los árabes.  De ahí su preocupación fue   hacer todo esto accesible al pensamiento cristiano. Una de las grandes aportaciones es la separación del dominio filosófico y teológico que sus antecesores no tenían claro, aportando una distinción progresiva de las responsabilidades respectivas de cada ciencia, que será muy beneficiosa para la  filosofía y la teología.

Santo Tomás de Aquino


Santo Tomás de Aquino
Es la figura cumbre  de la vida intelectual del siglo XIII. Nace en 1225  y en 1244 entra en los dominicos. Discípulo de San Alberto Margo en París y Colonia, se dedica  a la enseñanza a partir de 1256 en Paría y Padua. Muere en 1274, cuando se dirigía al Concilio de Lyon. 
Sitúa en campos separados a la filosofía y a lo teología, al mismo tiempo que defiende la necesidad de un acuerdo entre ambas, pero atribuyéndoles objetivos distintos. En el primer caso, considerando a la criatura en si misma y en el segundo caso en su relación con Dios. Mantiene  que la metafísica se asienta no en el espíritu, como decía San Buenaventura, sino en el ser y a partir de la realidad sensible se llega a  Dios. El acceso es múltiple, esto es, las cinco vías de Santo Tomas.  Dios es el único ser donde coexisten la plenitud de la creencia con la existencia o sea el acto puro de existir o ser: “Yo soy el que soy”, del Éxodo.  El hombre con su capacidad  de conocimiento, imprime a la realidad material que le rodea inteligibilidad, pero como no tiene acceso directo al Bien Supremo se ve obligado a buscar entre los distintos bienes parciales, aquellos que le conducen al Bien Supremo, lo cual solo se puede lograr mediante el ejercicio de las virtudes. 

El Sentido de la Cultura en el siglo XIII

La racionalidad desde el siglo XI  a las SUMAS revela la evolución de la actitud intelectual del hombre occidental. El mundo, se presenta como una realidad armónica ordenada (Nature es ratio, omne ens est ordinatum). Esta  son formulas de la época que expresan la confianza en la racionalidad del ser. Solo puede haber una creencia en la capacidad de la razón para comprender, si simultáneamente se cree en la inteligibilidad de la realidad. 
Esta es la razón por lo que la espiritualidad mendicante tuvo tanto éxito. Cuando los franciscanos saludaban en todos los casos el testimonio de Dios, lo  que  hacían era transmitir en términos catequéticos  esta actitud espiritual, que otros formulaban en términos filosóficos.  Cuando San Francisco de Asís cantaba “Alabado seas  Dios mio por la hermana y madre nuestra la tierra que nos sostiene y nos lleva y que produce los frutos diversos como las flores coloreadas y la hierba”  dice lo mismo que Alejandro de Hales, profesor de la Universidad de París cuando escribe “Es el mismo orden que es bello”. El hombre del siglo XIII quiere más bien comprender que creer. Y  de  la misma forma  que se desarrolla un nuevo pensamiento filosófico, con el gótico, aparece una nueva estética.
San Francisco de Asís
Alejandro de Hales
El carácter lúdico

El elemento  lúdico se relaciona con el Torneo, simulacro de campo de batalla en el que se derrota al oponente. También en las Escuelas se intenta derrotar al adversario utilizando trucos dialécticos. Como ejemplo se puede citar el caso de Abelardo que se marcha a Santa Genoveva, asentando allí el campamento de su escuela para sitiar al rival. 
Hay una relación entre la escolástica y el gótico, entre la ojiva gótica y la letra utilizada entonces.  Hay algo más que una similitud visual, hay una concordancia intelectual. El gótico es la búsqueda  de las proporciones ideales, en una obsesión por la luz. Esto corresponde a uno programa racional. De  una parte es el juego vertical de la fuerza que se eleva en el aire, de otra la luz como expresión del ascenso hasta la unidad a partir de la multiplicidad; lo espiritual a partir de lo material; es el símbolo de la belleza y de la nobleza. Roberto Grossetesste dice “Aquello que constituye la perfección y la belleza de las cosas corporales, es la luz”. La preocupación de la arquitectura gótica es  reducir  cada vez más  y hacer desaparecer las paredes, transformándolas en paneles multicolores como en la  Sainte- Chapelle.
La Sainte-Chapelle

La Mesura

Mientras mantiene el equilibrio, el gótico constituye un modelo de mesura. En una catedral gótica esta presente una clara preocupación didáctica; es un tratado de pedagogía esculpido en el espacio, donde el creyente se informa y se confirma en la fe.
El gótico más que un estilo artístico es un lenguaje, un sistema de gestos. Hugo de San Víctor en un tratado de  instrucción a los novicios, describe toda una teoría de los gestos: el gesto es el movimiento de los miembros del cuerpo, apropiado a toda acción y actitud. El cuerpo humano es como una” res publica “donde las funciones están distribuidas entre los miembros. Plantea un modelo de hombre en el cual el cuerpo y el alma se encuentran en perfecta armonía, como expresión de la armonía de la creación. Y cuando falla esta armonía, surge la monstruosidad.

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