Ya casi ni recuerdo cuantos hace que leí esta novela por primera vez; desde luego más de cincuenta pero no se ha ido de mi memoria la impresión que me causo. Al releerla ahora, me doy cuenta de que debido a mi juventud y poca experiencia de la vida, entendí muy poco del problema que reflejaba, tanto moral, como político e histórico.
Quedó vivamente clavado en mi memoria la capacidad de minucioso análisis del autor, estudio profundo de los personajes y la imparcialidad de sus exposiciones. Tiene un profundo respeto por los personajes históricos y se cuida muy mucho de recordar que no es un libro de Historia, sino una suposición de lo que pudo ocurrir, sin aseverar nunca que haya sido probado que lo hechos son tal como realmente ocurrieron.
Es muy interesante los paralelismos que resalta con las obras de Shakespeare, Hamlet y Macbeth. Es un libro sobre traiciones y crímenes, aunque no confirma que hayan sido probadas, históricamente hablando. Otro detalle mínimo pero que me ha gustado mucho ha sido la impresión que uno recoge de la luz y alegría de la corte de Francia y la sensación de oscuridad tenebrosa y fría de Escocia. Jugando con la luz nos sitúa ante el cambio traumático de un país a otro que tuvo que sufrir la protagonista.
Para terminar me parece que la mejor opción es ver el comentario que la ponente María José Arévalo, Doctora en Filología Francesa, hace del libro en su propio blog.
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