EXPOSICIÓN DEL "PEINE DEL VIENTO" EN EL BELLAS ARTES DE BILBAO

Cuando en mi segundo post presente el programa de ACTIVIDADES CULTURALES para el trimestre, olvidé mencionar una que suele tener lugar mensualmente: Las Visitas Culturales a distintos lugares o eventos de interés. En el pasado hemos recorrido en sucesivos meses el Casco Viejo y el Ensanche Bilbao lideradas por un arquitecto muy conocido de la ciudad, mientras nos relataba la historia arquitectónica de Bilbao, rematándola con una vista panorámica desde Archanda. . Otras veces hemos realizado cortas excursiones a lugares como la Herrería del Pobal, la ciudad de Orduña, visitas guiadas a la Diputación y Ayuntamiento. Hemos subido a la Arboleda para ver la recuperación urbanística de esta zona, así como su campo de Golf. Una de nuestras actividades más apreciadas son las visitas a los museos de la Villa, en ocasiones guiadas por alguna de las componentes del grupo experta en la materia que se trate. Otras con explicaciones de las guías oficiales. También hemos estado visitando la restauración de la Vieja Catedral de Vitoria. No puedo relatar aquí todo lo llevado a cabo para no alargar mucho este post.
La semana pasada tuve la suerte de estar invitada a la Inauguración de la exposición sobre el Peine del Viento de Chillida el día 13 de enero en el Museo Bellas Artes, organizada por el Colegio de Ingenieros de Euskadi. Fue una tarde entrañable para mí porque se trataba de la presentación de este trabajo tan magnifico de nuestro Chillida desde la perspectiva de la labor de Ingeniería que tuvo que llevarse a cabo para la colocación de las tres esculturas que lo componen. Me tocaba de cerca porque conozco a la familia del Ingeniero que lo llevo a cabo: Josemari Elósegui Amundarain: un hombre sencillo y discreto que llevó a cabo una labor magnifica, en perfecta unidad y armonía con Chillida, Peña Ganchegui, y todos las empresas y gremios involucrados en el proyecto.
En el libro que ha escrito sobre ello María Elósegui Itxaso, su hija, y también en el Vídeo en que queda plasmado este trabajo en equipo, realizado a su vez por uno de sus hijos, se hace evidente el ambiente de empeño común que inspiraba a todos los que tomaron parte; desde los canteros, a los herreros, pasando por los distintos ayudantes de Elósegui. En las entrevistas que se realizan hay una admiración sincera por Chillida y Elósegui, reflejan un trato de igualdad en los que todos aportaban sus conocimientos y saberes con una ilusión compartida y sin competitividades destructivas sino en un ilusionante e ilusionado empeño común.
La familia del escultor estaba también presente y como siempre me admiré ante su unidad, sencillez, y cercanía.
El día 22, miércoles, aprovechando la visita gratis- no en vano somos de la Tercera Edad- varias de nosotras nos acercamos al Bellas Artes, está vez para ver la exposición de los distintos proyectos del Peine del Viento llevados a cabo por el artista, hasta cristalizar en el actual. Carmen T. se encargo de transmitirnos sus conocimientos sobre el tema. Yo me quedé admirada ante varios aspectos que no tienen que ver directamente con la obra de arte en sí - porque no alcanzó a poder juzgarla, por mi falta de conocimiento del arte o la ingeniería. Me emocioné ante la capacidad del ser humano de concebir belleza, de la búsqueda de la perfección en cada uno de los hombres que llevaron a cabo el proyecto, la tenacidad para sacar adelante el proyecto, la humildad que supone no dejarse vencer por las dificultades y rechazos sino insistir en el empeño buscado las soluciones porque estaban convencidos que merecía la pena y que era algo bueno para la ciudad y para el Arte. En definitiva para los seres humanos porque la belleza nos hace trascender lo meramente material.