MUELLE DE ARRILUCE.GETXO.VIZCAYA. ACUARELA DE PALOMA ROJAS

domingo, 3 de agosto de 2014

LAS BODAS REALES

Isabel II
Apuntes cogidos de las clases.

El asunto del matrimonio de la reina Isabel II tenía mucha trascendencia por la persona que se eligiera como  su esposo y sobre todo porque podía suponer un cambio de dinastía, de ahí que todos buscasen en el futuro esposo de Isabel II un apoyo a sus miras políticas. 
Un grupo en el que figuraban Balmes pretendía una reconciliación nacional casando a la reina con el conde de Montemolin, hijo de don Carlos; de este enlace esperaban la unión ideológica que hiciese desaparecer los motivos de discordia entre los españoles. La  casi totalidad de los liberales se opusieron a ello y muchos carlistas no estaban dispuestos a aceptarlo sin las suficientes garantías.
Una parte de los moderados con Narváez a la cabeza proponen al conde de Trapani, príncipe italiano de tendencias conservadoras, pero los progresistas se oponen porque se había educado con los jesuitas y proponen a su vez al infante don Enrique, liberal exaltado, que había tomado parte en un levantamiento; los moderados se oponen porque no podían admitir un exaltado en el trono. 
Como no había forma de ponerse de acuerdo se optó por un príncipe extranjero adquiriendo la cuestión carácter internacional y el problema se complica aún más. Luis Felipe de Francia buscaba poner en el trono a un Orleans con la oposición de Inglaterra que proponía un Coburgo, a lo que se oponía Francia por el parentesco de estos con la familia real británica. Las relaciones franco-británico se vuelven muy tensas hasta que deciden no ofrecer ningún príncipe a la corona de España.
Se vuelve otra vez a recurrir a un Infante español, pero cada candidato tenía el veto de un partido y fue necesario buscar un candidato que con su nula personalidad no molestase a nadie, salvo a la reina. Así es como Isabel II se casó con su primo don Francisco de Asís en 1846. Fue un matrimonio desgraciado.
Esto demuestra que, por una parte los partidos anteponían sus propios intereses a los nacionales y por otra que España carecía de política exterior. Las potencia habían decidido el matrimonio de la reina de España sin escuchar a los españoles, el país estaba pagando el total  aislamiento diplomática que duraba ya más de 30 años.
Francisco de Asis
Don Francisco de Asís era el primer varón superviviente del infante don Francisco de Paula, último hijo de Carlos IV- según el vulgo de Godoy-  y de Luisa Carlota de Nápoles.
Tuvo varios hermanos todos nombrados infantes de España por Fernando VII que contrajeron matrimonios desiguales y quedaron apartados e la sucesión dinástica. No existen pruebas concluyentes de la bisexualidad del marido de Isabel II, lo que sí es seguro es que no acertó a satisfacer las reiteradas solicitudes de su esposa.
Infanta Luisa Fernanda
Duque de Montpansier
La infanta Luisa Fernanda se casa con Antonio de Orleans. Su  padre Luis Felipe conocía los rumores de la presunta incapacidad del infante don Francisco de Asís para contentar a las mujeres por lo que la descendencia de Antonio acabaría reinando en España. El rey de Francia consigue que los matrimonios de las dos hermanas sean el mismo día y así como Isabel despreció a su novio desde el primer día doña Luisa Fernanda se enamoró a primera vista de su novio francés. Los hijos de los Montpansier empezaron a llegar rápidamente: María Isabel, María  Amalia, María Cristina, María Regla, María de las Mercedes, Felipe, Antonio, y Luis. Nueve  hijos tuvieron los infantes, pero Montpansier olvido que su cuñada era una mujer de recursos y llego a parir once hijos, con gran disgusto del francés que empezó a odiar a su cuñada y decidió abandonar la corte estableciéndose en Sevilla comprando el palacio de San Telmo a orillas del Betis y un cortijo en Sanlúcar al lado del mar. Desde su nuevo hogar el duque se dedicó a intrigar contra su cuñada para conseguir el trono para su esposa.
Los sevillanos tomaron un gran cariño a la familia de la Infanta y allí vivirán hasta  1868 cuatro meses antes de que la Gloriosa expulsara a  Isabel II de España. La  Reina conocedora de que la campaña de desprestigio contra ella estaba financiada por su cuñado el duque de Montpensier, lo destierra de España y el y su familia han de cruzar la frontera de Portugal. Pero la revolución no sentó en el trono a la infanta Luisa Fernanda sino a un príncipe italiano, Amadeo de Saboya que cuando abandona el país es sustituido por la Primera República.
Amadeo de Saboya
En el exilio el Duque de Montpensier forjo otro plan para acercarse a la reina: conseguir que una de sus hijas conquistara al heredero de la reina, el joven príncipe Alfonso que contaba con el apoyo de la nobleza y la burguesía para acceder al trono y así en 1872 el príncipe Alfonso, en quien su madre había abdicado, es invitado a pasar las Navidades en el castillo de Randan en Auvernia. Allí Mercedes conquistó a su primo y tras la restauración borbónica se casan en enero de 1878, pero el cuento de hadas   duró muy poco porque a los cinco meses de casada muere la novia y Alfonso XII queda viudo a los 20 años. Montpensier idea otro plan y es casarlo con otra de sus hijas, María Cristina, pero esta muere de tisis ante la desesperación de su padre que ve arruinados todos sus esfuerzos para acercarse al trono.
María de las Mercedes
La infanta Luisa Fernanda, al margen de los manejos de su marido, sufría ante la muerte de todos sus hijos: Felipe, María Regla, María Amalia. Sólo quedaba la mayor, casada con el conde de París, jefe de la casa real francesa y Antonio. Dos  hijos de nueve la sobreviven.
La última jugada de Montpensier es casar a su hijo Antonio con la infanta Eulalia, hermana del rey, que tuberculoso y con un vida disoluta no viviría mucho en su opinión.
La Infanta Luisa Fernanda sobrevivo a Alfonso XII once años, que vivió en Sevilla dedicada a obras piadosas, Montpensier murió en 1890 y Luisa Fernanda en el 1 de febrero 1897.

Las hijas de Isabel II

Isabel 
Infanta Isabel de Borbón

Al parecer era hija de un capitán del ejército José María Ruiz de Arana hijo del conde de Sevilla la Nueva, introductor de embajadores. De hecho la llamaban la Araneja (en recuerdo de la Beltraneja)
A Arana, cinco años mayor que la reina que tenía entonces 21, lo hizo gentilhombre de cámara y su relación duro cinco años. Una vez terminado el romance Arana se casa con la acaudalada duquesa de Baena.
Isabel fue nombrada princesa de Asturias y el día de su bautizo el 2 de enero de 1852, el cura Martín Merino apuñalo a la reina al salir del Te Deum de acción de gracias cantado en la capilla de palacio. La  reina salía hacia la Iglesia de Nuestra Señora de Atocha patrona de la Casa Real para presentar a la recién nacida y tuvo la buena fortuna de que las ballenas del corsé que sostenía el busto de la reina frenaran el puñal. La reina nombró Marqués del Amparo  al oficial que tomo a la niña en sus manos en el momento del atentado.
La educación de la heredera consistía, por orden expresa de la reina en mucha religión, poca gramática, difusas nociones de aritmética, bastante música, francés, italiano e inglés; la infanta bien dotada para los idiomas se manejó muy bien en las tres lenguas.
En 1857 cuando nace su hermano Alfonso pierde el rango de princesa de Asturias.
Cuando por la unificación de Italia en torno a los Saboya, los duques de Parma y los reyes de Nápoles son expulsados de sus tronos, Isabel se sintió responsable del exilio de sus primos por lo que pidió al rey de los Dos Sicilias, Francisco II de Borbón la mano de uno de sus hermanos para Isabel; fue elegido Cayetano, joven tímido de 21 años que ostentaba el título de conde de Girgenti. Isabel de 16 años fue empujad a un matrimonio con un hombre que no conocía y llevo a cabo una huelga de hambre, pero a los cuatro días cedió. A  su llegada a España Cayetano es nombrado Infante de España y se le nombró coronel del regimiento de usares de la capital.
Francisco II Rey de las Dos Sicilias.
Conde de Girgenti

Los recién casados salieron para Roma, luego a París donde se enteraron de la revolución de 1868 que expulsó a Isabel II del trono.
En la nueva situación los nuevos esposos se establecen en Roma en la corte exiliada de Francisco II de las Dos Sicilias, más tarde vuelven a París para encontrarse con la familia real española. Los esposos, que empezaron a tomarse cariño, visitan Inglaterra y Austria para instalarse finalmente en Lucerna (Suiza). Camino de Paris en 1870 cuando iban a la abdicación de Isabel II en Alfonso XII, Cayetano sufrió un el  primer ataque de epilepsia. Estos  accidentes se sucedieron cada vez con  más frecuencia. La infanta asombró a todos con el afecto y dedicación con que cuido a su marido.
El conde de Girgenti, como toda su familia, había perdido casi toda su fortuna al perder el trono y se negó a tocar la dote de su esposa por lo que tienen que vivir modestamente en un hotel de Lucerna. Después  de algún intento fallido de suicidio se disparó un tiro en la sien el 26 de noviembre de 1871.
La viuda de 19 años regresó con su madre y se dedicó al cuidado y educación de sus hermanas, ya que era la única que había tenido consciencia de los escándalos de los últimos años del reinado de su madre y se propuso ser el reverso de su madre. Su  vida se orienta al servicio intransigente de la corona.
En 1875 con la llegada de Alfonso XII al trono vuelve a ser nombrada Princesa de Asturias y se convierte en primera dama del  país porque Isabel II no era bien vista por el gobierno y decide permanecer en París. Quienes sí regresan son las otras infantas: Pilar, Paz y Eulalia.
Alfonso XII
El gobierno viendo que el rey era muy joven y las otras infantas niñas, decide que Isabel debe volver a casarse. Se  le proponen dos candidatos: 
Luis Salvador hijo del último duque de Toscana y el príncipe Arnolfo primo del rey de Baviera. Según los informes diplomáticos el primero pasaba por ser soñador, idealista, antimilitarista, independiente y artista mientras que Arnolfo era el típico soldado alemán que de romántico no tenía nada. Las  negociaciones fracasaron porque Alfonso XII se casa con María Cristiana de Hasburgo a la que deja embarazada muy pronto y quedaba asegurada la sucesión directa. 
María Cristina de Hasburgo
Isabel jamás faltó a los preceptos de la etiqueta ni permitió que se faltará. Las  infantas Pilar y Paz, mujeres muy buenas, la soportaron con estoicismo pero Eulalia se rebeló y la crítico duramente en sus memorias. Pero  posiblemente el mayor reproche que se le puede hacer a la Infanta es la funesta influencia que ejerció sobre su sobrino Alfonso XIII al que ella malcrió.
Alfonso XII murió tuberculoso en 1885 cuando no había cumplido los 28 años. Su vida disipada había contribuido a un fin tan prematuro; dejaba dos hijas y a su viuda embarazada del que sería Alfonso XIII en cuya formación va a influir de modo notable su tía Isabel que sentía por el hijo de su hermano una idolatría a la que se unió su madre  la reina viuda María Cristina que coincidía en todo con su cuñada. Entre  las dos consiguieron educar a un monarca desastroso, malcriado y rodeado de un enjambre de cortesanos ávidos de seguirle la corriente y de tomar en serio todos sus caprichos. 
Alfonso XIII
Cuando por el nacimiento de los hijos de Alfonso XIII, Isabel pierde otra vez el título de princesa de Asturias, adquiere un palacio en la calle Quintana. El caprichoso Alfonso, cuando nacen sus hijos, hace comprender a su tía que su presencia ya no es indispensable. En  Quintana organizó una pequeña corte con sus  damas. Pese a todo fue una de las mujeres de la realeza más apreciadas por el pueblo. En 1931 cuando cae la monarquía, ella tenía casi 80 años y pese a estar muy enferma y recibir el ofrecimiento del gobierno provisional de quedarse en España, no quiso aceptar nada del régimen republicano y salió del país cuatro días después. Abandonado Madrid, murió en Paris en una pensión para señoras, regentado por una monja española, acompañada de su hermana Eulalia y la infanta Beatriz de Orleans, el secretario de la infanta y su dama de toda la vida Margot Bertrán de Lis. El rey, al que idolatraba, ni estuvo presente en su lecho de muerte ni en su funeral, incluso tuvo que ser José de Quiñones, antiguo embajador en Francia el que prestará su panteón para enterrar a la infanta en el cementerio de Pere Lachaise; cuando los Quiñones necesitaron el panteón fue trasladad al cementerio de Montmatre.
Sus restos no volverán a España hasta el 28 de mayo de 1991 y fueron enterrados en el palacio de la Granja en Segovia al lado de Felipe V e Isabel Farnesio.

María del Pilar

Nace diez años después de su hermana Isabel. Muere  antes de cumplir los 18. Al parecer tuvo un idilio con el príncipe imperial Napoleón Luis, hijo de Napoleón III y Eugenia de Montijo, que murió peleando contra los zulúes en África mientras combatía con el ejército británico. La  leyenda romántica dice que el enterarse de la noticia la infanta murió de amor, aunque la bella Pilar murió de tuberculosis. 
Napòleón III
Eugenia de Montijo
Don Francisco de Asís la quería mucho porque estaba convencido de  que era hija suya. Cuando  volvió a España con la restauración era  la única a la que escribía, aunque se dice que Isabel le comentó a Eugenia de Montijo sobre la salud de Pilar y le dijo que el padre de la Infanta había sido un real mozo sano y fuerte, lo que no era la condición de don Francisco.
La infanta muere en el balneario guipuzcoana de Escoriaza el 3 de agosto de 1879 de una meningitis tuberculosa.

Paz
Infanta Paz
Miguel Tenorio
Paz al parecer fue hija de Miguel Tenorio, secretario particular de Isabel II, hombre culto, discreto, equilibrado y sensato que era querido por todos incluido el rey don Francisco.
La infanta Paz era una mujer sensible que escribía poesía. No era muy agraciada y  no tuvo muchos pretendientes, pero una hermana de don Francisco, Amalia de Borbón, se había casado con Adalberto de Baviera y su primer hijo no nace en Munich sino en Madrid donde su madre estaba visitando a su familia. Este príncipe, Luis Fernando,  quiso estudiar medicina. En 1880 Amalia y sus hijos volvieron a Madrid, donde ve a la infanta Paz como la esposa ideal para su hijo Luis Fernando. Tres  años después se casan en Madrid y van a vivir a Baviera en el palacio de Nymphenburg. Durante  la Primera Guerra Mundial se consagró a aliviar los sufrimientos del pueblo y al término de la misma, con la caída del Imperio, mantuvieron la propiedad de un ala del palacio y vivieron entre Alemania y España. Tenían una finca en Cuenca y una casa en Santillana del Mar.
El matrimonio tuvo dos hijos Luis Fernando y Adalberto y una hija Pilar. Acogió  en su casa a Miguel Tenorio anciano y enfermo y con ella murió.
La infanta acogió en su casa a republicanos españoles y cuando en 1946 murió a consecuencia de una caída varios republicanos españoles llevaron su féretro hasta la tumba.

Eulalia
Infanta Eulalia
Infante Antonio Conde de Galiera, hijo de Montpensier
Isabel II no fue capaz de decir quien fue el padre de la pequeña. Hay   tres versiones: un guardia de corps, un capitán de la escolta o un marino. Lo que es cierto es que fue la oveja negra de la familia. Educada  como sus hermanas en el Sacre-Coeur de París hasta los 11 años, que vuelve a España por la Restauración, donde se enfrenta a su hermana Isabel. A  la muerte de su hermano en  la corte solo había dos varones, el duque de Montpensier y su hijo Antonio, por lo que se decidió que se casaran Antonio y Eulalia. Esta  se negaba a casarse con su primo pero acabo plegándose a las presiones y tres meses después de la muerte de su hermano se casan en una ceremonia en la que todos los asistentes menos la novia iban de negro, parecía un presagio de lo que iba a ser ese matrimonio. Tuvieron  dos hijos varones y una hija que nació muerta. Luego  se separaron.
Tuvo un amante Jorge Jametel al que consiguió casar con la hija de los Duques Mecklemburgo-Strelitz que había quedado embarazada de un lacayo. Jametel vio en ese matrimonio ventajas económicas y sociales. 
La infanta mientras tanto se retira a vivir con su madre en París, Jametel una vez divorciado de la princesa Alemana se instala en París donde vivía la Infanta. Su  amante muere en 1944. La infanta consigue permiso para vivir en España al estallar la guerra mundial y muere en Irún en 1958.

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