MUELLE DE ARRILUCE.GETXO.VIZCAYA. ACUARELA DE PALOMA ROJAS

jueves, 2 de febrero de 2012

CLASES DE HISTORIA



EL IMPERIO ROMANO GERMÁNICO  EN EL SIGLO XII



En 1152 es elegido emperador Federico Barbarroja, que contaba con 27 años  y que por parte de padre era Hohenstaufen  y por parte de madre era Welf o Guelf , las dos familias que optaban al trono, " la pieza angular de dos muros que se separaban" según un autor de la época.
Federico Barbarroja
Dotado de buenas cualidades, representaba la sociedad caballeresca alemana del siglo XII. Expresó del mejor modo posible el ideal imperial y captó la realidad de Alemania e Italia.
Su programa de gobierno era corto   pero difícil de llevar a cabo: restaurar el poder monárquico en Alemania y el poder Imperial en Italia. Para Federico Barbarroja las dos cosas están´unidas. Conseguir el poder monárquico en Alemania era sinónimo de lograr la dignificación imperial.
En Alemania pretende desarrollar la intervención real y utiliza la práctica feudal como medio de fortalecer la jurisdicción real.  En Italia las cosas estaban  difíciles y estaba dispuesto a utilizar la fuerza para imponer su autoridad, aunque no deseaba ser el Señor directo de toda la Península sino el reconocimiento de su soberanía.
En Alemania  busca reconciliarse con la familia de su madre,   los Welf  o Guelf, devolviendo a su primo Enrique el León , el deudo de Baviera y también pretende controlar a la Iglesia aplicando de forma rigurosa el  concordato de Worms.
Enrique el León
En Italia acuerda una cooperación con el Papa frente a las acciones en Italia de los bizantinos y de los normandos de Roger II.
Roger II
La clave de la acción italiana reside en el tema normando, debido a la enemistad entre el Papa y el Rey normando Roger II, que quería unificar bajo un dominio, Nápoles y Sicilia.
En 1154 es elegido Papa Adriano IV, único pontífice inglés de la Historia, que era partidario de la libertad de la Iglesia frente al Imperio. Al tener que afrontar, primero,  una sublevación en Roma y después los ataques de Guillermo I de Sicilia, hijo de Roger II, no sabe comprender la postura imperial que exige ser coronado en Roma y pretende organizar en Italia un sistema feudal parecido al de Alemania.
Papa Adriano IV
Ante la presión normanda, al Papa no le queda otro remedio que ceder ante el Emperador,  pero una vez que llega a la paz con Sicilia,el legado papal expone al Emperador que la corona imperial es un beneficio otorgado por el Sumo Pontífice,lo cual implicaba la obligación del Emperador  de prestar obediencia al Papa.
La respuesta es el envío de un ejercito imperial que conquista Milán y consigue  que ciudades como Cremona, Plasenia y Pavía pasen al bando imperial, por lo que Federico pretende organizar el Reino de Italia.
Cuatro juristas de Bolonia se encargan de elaborar la lista de los derechos que pertenecen al monarca para el ejercicio de la autoridad real. Lo que pretendía el Emperador era imponer su autoridad en el norte de Italia.
Corona del Emperador del Sacro Imperio Romano.
También se arroga el derecho de repartir los grandes feudos en Italia, para lo que exige el servicio de huestes, es decir, la ayuda militar. En tercer lugar promete la ayuda Imperial a los que estudien en las Escuelas, sobretodo Bolonia. Algunos historiadores  sitúan en esta época la fundación de la Universidad de Bolonía. Por último obliga a todos los varones de Italia a jurar que mantendrán la paz y le serán fieles. Pretende organizar un auténtico gobierno de Italia, centralizado en el Obispo de Colonia.
La oposición es total: Milán se vuelve a levantar en 1159 y es aplastada por el Emperador en 1162. Pero el enfrentamiento con el Papa dura mucho mas.
Roma se alarma ante esta situación y Adriano IV manifiesta su desacuerdo con Federico Barbarroja pero su muerte en 1159, le impide actuar.  Además, la muerte del Papa da la oportunidad de que se  manifiesten las dos grandes tendencias de los miembros de la curia romana: a) los partidarios de mantener una postura rígida ante el emperador. b) otra, más inclinada  a la contemporización: lo que hoy se traduciría por hablemos y pactemos.
El resultado es el nombramiento  de dos  Papas: Alejandro III, representante de los primeros y Víctor IV, partidario de lo segundo.
Papa Alejandro III
Federico I entra en liza y convoca un Concilio en Pisa en 1160 que declara legitimo a Víctor IV. El resultado fue un desastre porque la mayor parte de Europa aceptó a Alejandro III, que excomulgó a Federico,  quién, queda como defensor de un antipapa, al no conseguir que los reyes de Francia e Inglaterra aceptaran a Víctor IV.
En 1164  muere Victo IV y su facción elige a Pascual III  apoyado por el Emperador, pero en el Norte de Italia, los partidarios de Federico le abandonan; primero Verona y después Venecia. Federico avanza sobre Pavía. Alejandro III huye y se instala Pascual III,  pero Cremona se une a los enemigos del Emperador y se crea la Liga Lombarda en apoyo de Alejandro III.
Federico vuelve a Alemania a  por refuerzos, muere Pascual III y nombran otro antipapa  Calixto III. La Liga se fortalece y Federico tarda siete años en volver a Italia pero no puede derrotar a la Liga y se ve obligado a firmar la paz de Venecia en 1177 y  ha de reconocer, de hecho, la Liga ya que su primo Enrique el León, Duque de Baviera era partidario del Papa y le niega su ayuda, por lo que se  reconcilia con Alejandro III que le a absuelve de la excomunión y reconoce las consagraciones episcopales hechas en Alemania durante el Cisma.
A partir de aquí el Imperio se vuelve más  alemán y abandona Italia.
Federico Barbarroja y sus hiijos
A la muerte de Alejandro III, el Emperador se convence de que hay que llegar a un paz definitiva, reconocer la independencia de las ciudades a cambio de unos tributos y un ambiguo derecho arbitral del Emperador en las ciudades.
Hay un  nuevo enfrentamiento con el Papa cuando el Pontífice Lucio III se niega a coronar al hijo del Emperador como Rey de Romanos, debido a la oposición papal de que  el titulo Imperial era hereditario.
Pero esa situación dura poco tiempo porque las preocupaciones de la Iglesia se orientan  hacia Jerusalén que acababa de caer en manos de Saladino.
Enrique VI y Constancia de Sicilia
Federico Barbarroja asegura la sucesión  imperial en su hijo Enrique VI casado con la heredera de  Sicilia, Constancia, y piensa coronar su obra política con una cruzada en 1189 pero su empresa termina dramáticamente al ahogarse al tratar de cruzar un río  a ca ballo.

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