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viernes, 4 de febrero de 2011

LA CONQUISTA DE MÉXICO

Con la ayuda de Lourdes A. y todo mi agradecimiento
Las fuentes principales de información de las campañas de Cortés son las Crónicas de Indias, de las que destacan la Historia verdadera de la conquista de Nueva España - su autor es Bernal Díaz del Castillo, quien participó en las campañas bélicas - y las cartas dirigidas a Carlos V por Hernán Cortés. También tenemos la obra de D. Francisco López de Gómara, Historia general de las Indias, quien nunca pisó el continente pero conoció a Cortés y se documentó con los relatos de los soldados que participaron en la conquista .

La Historia general de las indias de Francisco López de Gómara y La Historia verdadera de la conquista de Nueva España
Dejando claras las fuentes documentales, pasamos hacer una breve bosquejo de la biografía de Hernán Cortés. Fue un hidalgo extremeño (1485-1547) que estudió en Salamanca aunque no terminó sus estudios porque su sed de aventuras le llevaron a participar en varias expediciones en Cuba de cuyo gobernador D. Diego de Velázquez recibió tierras. Después de diversos avatares zarpó hacia La Española, donde se instaló como hacendado y funcionario colonial.

Hernán Cortés
Ya desde 1511 había noticias de que por la península del Yucatán existía un imperio. Así que Hernán Cortés, después de conseguir el apoyo del gobernador de Cuba, desembarca en Tabasco con 630 hombres y 11 caballos donde tiene lugar un enfrentamiento con los aborígenes. Vencidos éstos, le hicieron a Cortés ofrenda de víveres, tejidos y un grupo de mujeres. Entre estas jóvenes se encontraba la famosa Malinche, que sería crucial para la conquista de Méjico por su gran inteligencia así como su conocimiento de las lenguas indígena, ya que fue intérprete, consejera y concubina de Hernán Cortés. Fruto de esta relación sería su hijo Martín Cortés al que luego nombraría heredero.

Martín Cortés y Malinche

La primera ciudad que se fundó fue Villa Rica de Veracruz (actual Veracruz), ciudad de nueva planta. Aquí es donde Cortés hace su famosa quema de naves, que algunos historiadores dicen que no fue tal si no que las encalló; de todas formas la frase ha quedado para la posteridad. Dicho esto, con 400 hombres, unos 1000 indios que se le habían unido y unos cañones, comenzó avanzar. Se le enfrentaron tribus que vivían dominados por los aztecas y que una vez vencidos por Cortés se unían a la expedición con ánimo de revancha hacia el opresor mexica.
Los aztecas pensaban que Cortés era la reencarnación de Quetzalcoatl, que en su momento había sido dominado por los aztecas.

Quetzalcoatl y Villa Rica de Veracruz
Por eso Montezuma, asustado, retrasaba el enfrentamiento temiendo que fuera su espíritu reencarnado. Una vez que Cortés llegó a Tenochtitlan y ante la pasividad de Montezuma, después de 10 días salió a recibirle.
Tenochtitlan y Hernán Cortes y Montezuma frente a frente
Entre tanto el gobernador de Cuba, Velázquez, el mismo que le había otorgado el permiso de conquista, pensando que Cortés había avanzado demasiado sin su conocimiento, envía un ejército para hacerle prisionero, pero el resultado fue infructuoso ya que se unen a Cortés. En una fiesta que organizaron los aztecas y ante el cariz que tomaba, el lugarteniente de Cortés D. Pedro Alvarado temiendo que los aztecas se rebelaran, mandó asesinar algunos nobles. Este hecho provoca que los aztecas sitien a Alvarado.

Para salir de la situación Hernán Cortés exige a Montezuma que salga al balcón, las masas enfurecidas al ver a su emperador tan empequeñecido se revuelven contra él y parece ser que lanzándole piedras le originaron la muerte. Cortés tiene que retirarse teniendo lugar la famosa noche triste, durante la que los aztecas se lanzaron contra los españoles saliendo estos del entuerto de manera milagrosa.


La noche triste y ejecución de Montezuma
Después de la noche triste, Hernán Cortés con sus aliados tlaxcaltecas y otros pueblos mesoamericanos que habían estado sometidos a los mexicas y sabedores que éstos últimos siempre sacrificaban a sus prisioneros, se decidieron luchar o morir. En los llanos de Otompan, en 1520 Cortés y sus aliados estratégicamente colocados, aprovecharon que los aztecas no sabían defenderse en terreno despejado, pues atacaban siempre en tromba, los derrotaron con relativa facilidad.

Batalla de Otopam y nobles Tlaxcaltecas
Después de esta victoria Cortés construyó una flota dentro de la laguna de Tenochtitlan para dar la batalla final en 1521. El emperador Carlos V le nombra Marqués del Val de Oxaaca y le concedió territorios en Cuernavaca, dejando heredero a su hijo bastardo Martín. Cortés a diferencia de Pizarro era un hombre más culto así que dejó administrativamente el Virreinato mucho mejor organizado.
Volvió a España donde, viudo ya, celebró una boda de mucho tronío y aquí también el emperador Carlos V le concedió honores, aunque como se ha indicado en capítulos anteriores, la política del emperador y de sus sucesores era no conceder virreinatos a los conquistadores, sino nombrar a fieles suyos para este cargo. A cambio de esta renuncia siempre se les concedió a los conquistadores y exploradores grandes honores en la península.

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