DE
BECQUER
Tengo que confesar que desconocía la obra de Becquer, excepto el número VII de sus Rimas:
" Del salón en el ángulo oscuro,
de su dueña tal vez olvidada,
silenciosa y cubierta de polvo,
veíase el arpa"
Tengo que confesar que desconocía la obra de Becquer, excepto el número VII de sus Rimas:
" Del salón en el ángulo oscuro,
de su dueña tal vez olvidada,
silenciosa y cubierta de polvo,
veíase el arpa"
Y esta otra
" Los suspiros son aire y van al aire.
Las lagrimas son agua y van al mar
Dime, mujer, cuando el amor se olvida,
¿sabes, tú a donde va?"
que no he podido memorizar jamás, muy al contrarío de lo que le ocurre a la mayoría de la gente. Pero es que a mí, la poesía se me escapa. Soy tan tosca que me resulta difícil captar la belleza derramada en lo que yo solo percibo como una forma complicada de transmitir lo que se siente o piensa. Esto es muy revelador. Deja en evidencia mi ignorancia y mi falta de sensibilidad para una preciosa manifestación, indirecta e implícita, de las ansias de lo sublime que todos llevamos dentro.
También es cierto que en los últimos años, como consecuencia de los cursos de Literatura en las "Aulas de la experiencia" de UPV, he ido adquiriendo una, hasta entonces poco desarrollada, comprensión de la hermosura de las palabras, de la forma de expresarse el alma.
Sin embargo y curiosamente, disfruto y comprendo la prosa que desvela la belleza con tonos poéticos.
El caso es que hoy en nuestra tertulia de Literatura, se trataba de leer las LEYENDAS y Mª José Arévalo nuestra ponente habitual nos ha expuesto con claridad, de manera concisa y practica los elementos característicos del Romanticismo del que Becquer es claro ejemplo, centrándonos en la Leyenda de "La ajorca de oro". He aprendido que Becquer pertenece al romanticismo, aunque tardío, cuyas características son el culto al yo, el individualismo, romper las formas. El vocabulario es extremo, el espacio es misterioso, tenebroso, utiliza la descripción de la naturaleza como reflejo de los estados de ánimo, el tiempo como modo de expresar o crear un ambiente: primavera implica alegría, otoño melancolía, etc. Los personajes son: el héroe, el malo, la "Femme Fatale", bella con don de persuasión pero malvada y caprichosa. El hombre está manipulado por la ella. El pirata y los espacios abiertos en los que se mueve, símbolos de la libertad. Algunos son siniestros, más por sugerencia que por definición. Hay ambigüedad: no se sabe quien de los personajes es el bueno ó el malo: el autor va cambiando el punto de mira para confundir al lector. El suicidio es algo frecuente.
La mujer está idealizada. Los amores son irrealizables. Se refugian en la fantasía, en los sueños. El terror es otro de los elementos utilizados; el de Becquer es psicológico, sugerido en el ambiente; no se explicita. Los relatos de Becquer son góticos: se desenvuelven en ambientes de tinieblas, ruinas, iglesias oscuras, sugerencia de ánimas, efectos ópticos y acústicos. Maneja los mundos reales y sobrenaturales.
Intervinimos poco porque estabamos pendientes de lo que oíamos, pero por lo general el publico suele ser muy participativo. El ambiente es tan familiar y cordial que propicia la observación espontanea, el comentario curioso.
Incluyo algunas fotos que tomamos durante la tertulia.
Las lagrimas son agua y van al mar
Dime, mujer, cuando el amor se olvida,
¿sabes, tú a donde va?"
que no he podido memorizar jamás, muy al contrarío de lo que le ocurre a la mayoría de la gente. Pero es que a mí, la poesía se me escapa. Soy tan tosca que me resulta difícil captar la belleza derramada en lo que yo solo percibo como una forma complicada de transmitir lo que se siente o piensa. Esto es muy revelador. Deja en evidencia mi ignorancia y mi falta de sensibilidad para una preciosa manifestación, indirecta e implícita, de las ansias de lo sublime que todos llevamos dentro.
También es cierto que en los últimos años, como consecuencia de los cursos de Literatura en las "Aulas de la experiencia" de UPV, he ido adquiriendo una, hasta entonces poco desarrollada, comprensión de la hermosura de las palabras, de la forma de expresarse el alma.
Sin embargo y curiosamente, disfruto y comprendo la prosa que desvela la belleza con tonos poéticos.
El caso es que hoy en nuestra tertulia de Literatura, se trataba de leer las LEYENDAS y Mª José Arévalo nuestra ponente habitual nos ha expuesto con claridad, de manera concisa y practica los elementos característicos del Romanticismo del que Becquer es claro ejemplo, centrándonos en la Leyenda de "La ajorca de oro". He aprendido que Becquer pertenece al romanticismo, aunque tardío, cuyas características son el culto al yo, el individualismo, romper las formas. El vocabulario es extremo, el espacio es misterioso, tenebroso, utiliza la descripción de la naturaleza como reflejo de los estados de ánimo, el tiempo como modo de expresar o crear un ambiente: primavera implica alegría, otoño melancolía, etc. Los personajes son: el héroe, el malo, la "Femme Fatale", bella con don de persuasión pero malvada y caprichosa. El hombre está manipulado por la ella. El pirata y los espacios abiertos en los que se mueve, símbolos de la libertad. Algunos son siniestros, más por sugerencia que por definición. Hay ambigüedad: no se sabe quien de los personajes es el bueno ó el malo: el autor va cambiando el punto de mira para confundir al lector. El suicidio es algo frecuente.
La mujer está idealizada. Los amores son irrealizables. Se refugian en la fantasía, en los sueños. El terror es otro de los elementos utilizados; el de Becquer es psicológico, sugerido en el ambiente; no se explicita. Los relatos de Becquer son góticos: se desenvuelven en ambientes de tinieblas, ruinas, iglesias oscuras, sugerencia de ánimas, efectos ópticos y acústicos. Maneja los mundos reales y sobrenaturales.
Intervinimos poco porque estabamos pendientes de lo que oíamos, pero por lo general el publico suele ser muy participativo. El ambiente es tan familiar y cordial que propicia la observación espontanea, el comentario curioso.
Incluyo algunas fotos que tomamos durante la tertulia.
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