En el XL Semanal del 15 de febrero, en su apartado de firmas, Carmen Posadas, presentaba un articulo dentro de su colección PEQUEÑAS INFAMIAS, titulado ATEOS SOBRE RUEDAS.
Me llamó la atención lo que decía y lo leí con gusto porque coincidía con algunas de sus ideas.
Hacia ya tiempo que me rondaba la cabeza comentar algo sobre los autobuses que recorren o han recorrido las calles de Madrid con el eslogan "Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta de la vida", copiando los aparecidos en Londres hace ya algunos meses.
De ser yo atea, el adverbio de modo "probablemente" me hubiera causado una profunda inquietud por la inseguridad que trasluce y porque le resta credibilidad a la opinión sobre la no-existencia de Dios.
Ocurre que yo sí soy creyente y practicante y se dan las circunstancias de que no vivo preocupada sino que por lo contrario el hecho de saber que Dios es mi padre me llena de serenidad.
Y además disfruto de la vida:
Disfruto de estar viva. Disfruto de amar y ser amada.
Disfruto cuando me despierto y veo todo el panorama de cosas a hacer en ese día, que dan plenitud a mi vida.
Disfruto con mis amigas. Disfruto con una buena conversación
Disfruto con una buena película. Disfruto leyendo un libro.
Disfruto con la naturaleza: la luz, el sol, la lluvia, la nieve, el viento, la tormenta.
Disfruto escuchando una conversación inteligente.
Disfruto con la música.
Disfruto conociendo a gente nueva. Disfruto de las viejas amigas.
Disfruto riendo. Disfruto con una buena broma
Disfruto con el esfuerzo que implica aprender algo nuevo
Disfruto escuchando a los que saben.
Disfruto descubriendo aspectos nuevos de los conocimientos viejos.
Disfruto ideando actividades culturales que puedan interesarnos a mis amigas y a mi misma.
Disfruto escuchando historias familiares.
Cada día es un nuevo estreno, una nueva oportunidad, una ocasión de vivir feliz, con la felicidad que se puede alcanzar en este mundo, y la alegre esperanza de que cuando muera lo seré plenamente.
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