MUELLE DE ARRILUCE.GETXO.VIZCAYA. ACUARELA DE PALOMA ROJAS

lunes, 18 de febrero de 2013

CARLOS V, continuación

RENACIMIENTO RELIGIOSO EN ESPAÑA


Según los apuntes tomados de las clases impartidas por D. Luis Crovetto, ponente.


El renacimiento religioso promovido por Cisneros y prolongado en el siglo XVI por reformadores como San Pedro de Alcántara, Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, tuvo resultados profundos y permanentes: mejoró las órdenes religiosas y el  clero en España en tal medida, que durante los años del Concilio de Trento, jugaron un papel importantísimo. 
San Pedro de Alcántara
                                                     Santa Teresa de Jesús


San Juan de la Cruz
Simultáneamente la reactivación teológica llevada a cabo por los dominicos de la escuela de Salamanca, como Francisco Vitoria, Melchor Cano y Domingo Soto y luego por la recién fundada Compañía de Jesús, aportaron mucho no sólo al debate con el protestantismo sino también a los problemas del Imperio – como los   de las relaciones raciales y el derecho internacional- planteados por la situación internacional de España en aquellos momentos. Por otra parte el hecho de que se hubiera hecho ya la reforma de la Iglesia española, inmuniza al país contra  la propaganda protestante. Por ejemplo, antes  de que Lutero hubiera protestado por la predicación de las indulgencias, el Cardenal Cisneros ya la había prohibido en España.
Francisco de Vitoria
Melchor Cano
                                                                  Domingo de Soto
La corriente hacia la vida religiosa aumento desproporcionadamente pero muchos de  estos se dejaron influir por las exageraciones del Iluminismo y la corrección de Cisneros de los desórdenes monásticos es una de las explicaciones del éxito de Erasmo de Rotterdam  en España.

El instrumento para tratar con la heterodoxia era la Inquisición.

El Iluminismo o Alumbrados tenía orígenes exclusivamente hispánicos y  es independiente del protestantismo. De  hecho ya existía en Salamanca y Guadalajara.  Tenía su origen en un grupo de franciscanos entre los que había varios de ascendencia judía. Su credo era el abandono de la voluntad en Dios y la capacidad de los iniciados de establecer la comunicación personal con la esencia divina por medio del éxtasis, en cuyos trances, según ellos, no podían pecar y a menudo sacaron la consecuencia de la inutilidad de las obras buenas. Algunos de sus seguidores encontraron en estas doctrinas un fácil pretexto para las pasiones sexuales, como Francisca Hernández, de quien los hombres hablaban con fanática veneración y las mujeres no con tanto respetó.  Otros fueron considerados como santos y profetas, a menudo con suficiente éxito para atraer la protección de la nobleza. En la segunda década del siglo se descubrió un grupo de Iluminados en Toledo compuesto casi exclusivamente por frailes y monjas. La Inquisición tuvo poco trabajo para arrancarlo y por un edicto de 1525 condenó toda la doctrina Iluminista. Esto  hace que  cualquiera que manifestase excesivo fervor religioso corriera el riesgo de pasar por sospechosos. Como  ejemplo: San Ignacio de Loyola, futuro fundador de la Compañía de Jesús fue encarcelado en 1527 y sometido a tres interrogatorios por causa de supuestas inclinaciones Iluministas.
San Ignacio de Loyola
Aunque el Iluminismo se anticipó a las doctrinas luteranas muchas de sus doctrinas, como la ineficacia de las obras externas, se asemejan a las de Lutero, por lo que allanó el camino de entrada del protestantismo en España. En 1520 se publicó en Flandes una traducción española del comentario de Lutero a la Epístola a los Gálatas, seguido de su Libertad del cristiano. En aquellos momentos, poco se sabía en España acerca de Lutero. Pero encargado  por Roma,  el Inquisidor General Adriano, promulgo el 7 de septiembre de 1521 la primera circular contra los libros de Lutero en España.  A partir de ese momento las autoridades eclesiásticas mantuvieron una vigilancia celosa contra la entrada de publicaciones y misioneros luteranos, sobre todo en los puertos del norte, pero en diez años aparecieron nuevos nombres, desconocidos para la mayoría de los españoles, en la lista de escritores reformadores protestantes, por lo que sus libros entraban sin problemas. Los  mismos Inquisidores no siempre estaban seguros de su tarea,  por su incapacidad para discernir las doctrinas heréticas. Se da el caso  de que  en 1528 en Toledo empieza un juicio por luteranismo contra Diego de Uceda, que de hecho no era luterano,  sino  un entusiasta seguidor de Erasmo.
Erasmo de Rotterdam
Erasmo inaugura una nueva fase en el renacimiento español. En  1516 después de la publicación de su Nuevo Testamento es invitado a España por el Cardenal Cisneros, visita que  no se llevó a efecto. También constituía otro punto en común con Erasmo la represión de los abusos monásticos emprendida por los reformadores españoles, aunque tuvieran un contenido más positivo que la burlas amontonadas por Erasmo sobré las órdenes religiosas. Al apelar a una reforma general de la Iglesia, Erasmo satirizaba a los que consideraba responsables de la corrupción, insistiendo en la vuelta  a la simplicidad de la era apostólica. En las etapas iniciales del choque de Lutero con Roma, Erasmo se negó a solidarizarse con él y aconsejó moderación a ambas partes. Su opinión era que la Iglesia debía reformarse así misma antes de condenar doctrinas. Con todo en 1521 se vio obligado por sus propios principios a repudiar a Lutero por la cuestión del libre albedrío; a partir entonces las dudas españolas sobre su doctrina desaparecieron y preocupaba poco a los españoles que Roma no acabara de ver bien su doctrina, dado que la política de Clemente VII, no como Papa sino  como jefe de los Estados Pontificios, era hostil a Carlos V.
Las  ideas de  Erasmo eran bien acogidas por los partidarios de la concordia cristiana. En  la corte del Emperador había defensores influyentes de Erasmo, entre otros el secretario del Emperador Alfonso de Valdés. Desde 1522 la corte está en España y los erasmistas españoles gozaron de posiciones estrategias para promover y proteger los escritos de su maestro. En  la universidad de Alcalá los seguidores de Erasmo eran más numerosos que en la corte, donde Juan de Vergara que había trabajado en la Biblia Políglota y era además secretario del arzobispo de Toledo, Alfonso de Fonseca, aportó todo su prestigio a favor de sus doctrinas. Por  otra parte el arzobispo de Sevilla, Alfonso Manrique, que además era Inquisidor General, defiende a Erasmo cuando el embajador de Inglaterra en España azuza a los franciscanos para que fuera acusado  de herejía.
Entre los años 1522 y 1525 el movimiento erasmista se estableció con éxito en España, muchos de sus escritos se publicaron en traducciones españolas y el propio Erasmo llego a escribir: “Debo más a España que a mi país o a otro cualquiera”. Pero también tenía sus adversarios y al hacerse más inflexible la lucha religiosa en Alemania, también aumentó aquí la tensión, sobre todo después de la traducción del Enchiridion, con la dedicatoria a Manrique, en 1527.
Manrique convoco en Valladolid en 1527 una junta de treinta y dos teólogos para que examinaran una lista de proposiciones erasmistas y tras seis semanas de discusión no llegaron  a una resolución unánime pero sí quedo claro   que se  prohibían los ataques contra el sabio, decisión que un breve papal trato de modificar. El mismo Carlos V, movido por Valdés, envió a Erasmo una carta cordial comunicándole que no debía temer una resolución contraria y testimoniando su personal convicción sobre su piedad.
Durante los dos años siguientes, se multiplicaban por España las traducciones de  los escritos de Erasmo y gozaba entre la gente culta de fama incomparable con ningún otro país europeo. 
Alfonso de Valdés
Entre 1527 y 1528 Alfonso Valdés escribió dos diálogos populares en castellano denunciando los abusos clericales y justificando el Saco de  Roma por causa de la política papal, al que consideraba un  adversario político, y alabando las tesis de Erasmo. 
Baltasar de Castiglione
El nuncio en España Baltasar de Castiglione, el autor de El Cortesano, exigió que  fueran recogidos  y destruidos todos los ejemplares, pero el Inquisidor general se negó a ello. En Augsburgo durante el verano de 1530 Valdés estuvo en contacto con Melanchthon y aunque en España sus enemigos iban aumentando su  poder gozo hasta el final de favor de Carlos V. En 1529 Juan de Valdés, hermanó de Alfonso, público su Diálogo de la Doctrina Cristiana, en la que no solo ensalzaba las virtudes de Erasmo sino que  tachaba a sus opositores de locos que desconocían la verdadera piedad cristiana. Esta vez la Inquisición se movió rápidamente y empezó una serie de escrutinios que condujeron a la salida de Valdés hacia Italia y la consiguiente condena de herejía que comportaba la prohibición de sus obras en España.
Melanchthon
La condena de Juan Valdés fue signo de los nuevos tiempos. Consciente  de la expansión del protestantismo fuera de España, la Iglesia española, se hizo más sensible a las críticas y menos capaz de tolerar las discrepancias, aunque se movieran dentro de la ortodoxia.La Inquisición renueva su campaña con nuevo vigor y ataca los baluartes de los humanistas: la Corte y las Universidades. En  julio de 1529, Carlos V sale de España hacia Italia, llevándose consigo a muchos influyentes cortesanos erasmistas.En diciembre del mismo año el Inquisidor General Manrique todavía partidario incondicional de Erasmo es expulsado de la Corte por haber disgustado a la emperatriz. Cuando  regresa Carlos V en 1533 la Inquisición había logrado con éxito asociar  la mentalidad pública con las herejías de Lutero y los principales erasmistas estaban en la cárcel por pro-luteranos o habían huido del país. Juan de Vergara, hombre de vasta cultura y cristiano nuevo fue encarcelado en 1533 pese a los esfuerzos de su mecenas el arzobispo Fonseca. Le  acusaron de iluminado, luterano y erasmista a la vez.
Escuda Inquisidor Manrique
También se abrieron investigaciones contra los sabios de la Universidad de Alcalá. Su  canciller Pedro Lerma antiguo partidario de Erasmo es encarcelado por la Inquisición y obligado a retractarse en todas las ciudades donde había predicado. Lerma huyo de España regresando a la Sorbona, donde había sido decano de teología,  negándose a regresar a España. En 1538  la muerte del Inquisidor General Manrique supone la desaparición del último erasmista con autoridad eclesiástica. El hecho de que Erasmo hubiera declarado su oposición a Lutero no cambiaba las cosas. 
Luis Vives
Luis Vives escribió a un amigo holandés: “vivimos tiempos difíciles, en los que resulta peligroso tanto hablar como guardar silencio”. A partir de cuándo se  redujo al silencio a los erasmistas la Inquisición se sintió segura de la unidad religiosa y surge una relativa calma en la Península.          

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