El pasado lunes 24 asistimos a la primera clase del año 2011, en el que se desarrolló el segundo artículo del Credo. Se nos entrego una hoja con el índice de los temas que se iban a tocar, que incluyo a continuación.
"Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor".
-Dios de Dios, Luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero
-Engendrado no creado.
-De la misma naturaleza que el Padre
-Juan 14 - A Felipe apóstol: "El que me ha visto a mí ha visto al Padre".
-Principales fuentes sobre Jesucristo: Los Cuatro Evangelios y las Cartas de San Pablo
Concilios sobre Jesucristo;
-Nicea - 325 -Engendrado, no creado
-Éfeso- 431 - Santa María Madre de Dios
-Calcedonia - 451 - Una persona y dos naturalezas
Nombres de Jesucristo.
Jesús: Mateo 1, 21- Le pondrás por nombre Jesús
Isaías 7, 14- Le pondrán por nombre Enmanuel
El Ungido. Lucas 4. En la Sinagoga de Nazaret
El Cristo. Mateo 6-Respuesta de Simón Pedro
El Mesías- Mateo 26- Pregunta del Sumo sacerdote
El Hijo del Hombre - Hechos de los Apóstoles 7, Martirio de San Esteban.
El Hijo de David - Marcos 10- Petición de Bartimeo
El Señor- Juan 21. Exclamación de San Juan.
Con los Milagros demuestra su Divinidad
Marcos 2 - Cura a un paralítico y le perdona los pecados
Juan 5. Cura a un paralítico junto a al piscina
Juan 6 - Multiplica los panes y los peces
Juan 11- Resucita a Lázaro
Lucas 5 - Primera pesca milagrosa
Lucas 8 - La tempestad calmada.
Verdadero Dios y Verdadero Hombre
Lucas 8 - Jesús dormido en la barca de Pedro.
Lucas 4 y Mateo 21 - Sintió hambre
Juan 4 - a la Samaritana: Dame de beber
Lucas 19 y Juan 11 - Se conmovió y lloró
Juana 5, Juan 11 - Se compadeció de los enfermos y los curó.
Marcos 9 - Se dolió ante la incredulidad.
Me resulta muy difícil, además de que ocuparía excesivo tiempo y espacio , el exponer aquí todo el desarrollo de la clase, y me voy a limitar a señalar solo aquellos puntos que más me llamaron la atención, no por desconocidos sino porque me fueron transmitidos de una manera que me ayudó a redescublirlos. Para poder hacer esta reseña de la clase me he valido del Catecismo de la Iglesia Católica en su segunda edición, aunque no lo cite especificamente.
Se destacaron como las principales fuentes sobre Jesucristo, Los Cuatro Evangelios y las Cartas de San Pablo, el gran Teólogo, a quién Cristo revela quién es: "Yo soy el que tu persigues".
Se especificó que el objetivo de las clases era ayudarnos a entender mejor la lectura del Evangelio; cuanto más lo leamos más concordancias sacaremos de su lectura y más nos ayuda a " dar razón de nuestra esperanza".
También se subrayo que estamos en el ámbito del misterio y por lo tanto en el terreno de la fe, pero esto no es óbice para busquemos profundizar más en sus misterios. Se especifico que son los teólogos y los filósofos, los que nos ayudan con su labor de profundización en las verdades de fe. Como decía San Agustín: "Es la fe que busca entender"
En un momento determinado de la exposición se hizo una observación que me llamó la atención, y que me pareció muy consoladora: Han sido, en muchas ocasiones, los errores doctrinales de algunos pensadores, lo que ha dado ocasión de profundización en la verdad y han contribuido a ayudar a descubrir nuevos aspectos de esa verdad. La Iglesia tiene que salir al paso del error, que destruye la unidad de la Iglesia, la doctrina de Cristo. Para llevar esa labor a cabo se dedica a estudiarlos y a través de ese estudio e investigación ir descubriendo con más profundidad de doctrina de Cristo.
Una vez terminadas las persecuciones a las que la Iglesia se vio sometida, hasta la llegada de Constantino, fue el momento de pararse a pensar como transmitir la fe que habían defendido con sus vidas. Hasta entonces no se había podido realizar ese trabajo, porque no existía el ambiente necesario para dedicarse al pensamiento teológico. La Iglesia habían estado abocada a permanecer en las catacumbas y sufrir las persecuciones. Ahora, con la paz, la Iglesia podía desarrollar la doctrina y dar forma al pensamiento teológico y rebatir también los errores que se habían desarrollado durante ese periodo. Así tuvieron lugar varios Concilios en los que se fue estudiando la doctrina expuesta por Cristo y dando razón de los errores:
Concilios sobre Jesucristo
Nicea, en el 325. , Éfeso 431 y Calcedonia 451. Se fueron definiendo el misterio de Cristo, Dios y hombre verdadero.
Así en el Concilio de Nicea en el 325 establece en su Credo que el Hijo de Dios es "engendrado, no creado, de la misma substancia que el Padre" y condena a Árrio que afirmaba que "el Hijo de Dios salió de la nada" y que sería "de una substancia distinta de la del Padre". Cristo, la Segunda persona de la Santísima Trinidad no ha sido creado, que quiere decir que no ha tenido un principio sino que es engendrado, de la misma naturaleza del Padre. Si fuera de una substancia distinta del Padre, no es Dios y por lo tanto, no hubiera podido llevar a cabo la Redención, porque solo Dios podía realizarla. Solo es Dios quien puede alcanzar el perdón para los hombres, y tan solo Dios puede resarcir a Dios de la ofensa cometida contra Él.
El Catecismo de la Iglesia católica nos dice que la herejía nestoriana veía en Cristo una persona humana, junto a la persona divina del Hijo de Dios. Frente a ella el tercer Concilio Ecuménico reunido Éfeso en el 431, confiesa que "el Verbo , al unirse en su persona a una carne animada por un alma racional, se hizo hombre". La humanidad de Cristo no tiene más sujeto que la persona divina del Hijo de Dios que la ha asumido y hecho suya desde su concepción. Por eso el Concilio de Éfeso proclamó en ese mismo año, que María llegó a ser con toda verdad Madre de Dios mediante la concepción humana del Hijo de Dios en su seno. Madre de Dios, no porque el Verbo de Dios haya tomado de ella su naturaleza divina, sino porque es de ella, de quien tiene el cuerpo sagrado dotado de un alma racional, unido a la persona del Verbo, de quien se dice que el Verbo nació según la carne.
Los monofisitas afirmaban que la naturaleza humana había dejado de existir como tal en Cristo al ser asumida por la persona divina de Hijo de Dios. Afirmaban que Cristo había sido adoptado por el Padre, no engendrado Frente a esta herejía, el Concilio Ecuménico, en Calcedonia, confesó en el año 451 "Siguiendo, pues, a los Santos Padres, enseñamos unánimemente que hay que confesar a un solo y mismo Hijo y Señor nuestro Jesucristo; perfecto en la divinidad y perfecto en la humanidad; verdaderamente Dios y verdaderamente hombre compuesto de alma racional y cuerpo; consubstancial con el Padre según la divinidad, y consubstancial según la humanidad "en todo semejante a nosotros, excepto en el pecado", ( Hb 4, 15 ); nacido del Padre antes de todos los siglos según la divinidad: y por nosotros y por nuestra salvación nacido, en los últimos tiempos de la Virgen María, la Madre de Dios, según la humanidad".
"Se ha de reconocer a uno solo y mismo Cristo Señor, Hijo único en dos naturalezas, sin confusión, sin cambio, sin división, sin separación. La diferencia de naturalezas de ningún modo queda suprimida por su unión, sino que quedan a salvo las propiedades de cada una de las naturalezas y confluyen en un solo sujeto y en una sola persona".
Quedó muy claro la doctrina de que en Cristo hay una sola persona, la divina, y dos naturalezas, una divina y otra humana, así como dos voluntades, una divina y otra humana. Las dos naturalezas quedan evidenciadas en el evangelio, así como las dos voluntades.
El alma humana que Cristo asumió está dotada de un verdadero conocimiento humano, que no podía ser de por sí ilimitado: se desenvolvía en las condiciones históricas de su existencia en el espacio y en el tiempo. Por eso el Hijo de Dios, al hacerse hombre, quiso progresar "en sabiduría, en estatura y en gracia"( Luc 2, 52) e igualmente adquirir aquello que en la condición humana se adquiere de manera experimental (cf. Mc 6 38; 8,27; Jn 11,34)
"La naturaleza humana del Hijo de Dios, no por ella misma sino por su unión con el Verbo, conocía y manifestaba en ella todo lo que conviene a Dios. ..... ante todo en lo que se refiere al conocimiento íntimo e inmediato que el Hijo de Dios hecho hombre tiene de su Padre. El Hijo en su conocimiento humano, demostraba también la penetración divina que tenía de los pensamientos secretos del corazón de los hombres".
"La voluntad humana de Cristo. Posee dos voluntades y dos operaciones naturales, divinas y humanas, no opuestas, sino cooperantes, de forma que el Verbo hecho carne, en su obediencia al Padre, ha querido humanamente todo lo que ha decidido divinamente con el Padre y el Espíritu Santo para nuestra salvación. La voluntad humana de Cristo, sigue su voluntad divina sin hacerle resistencia ni oposición, sino todo lo contrario estando subordinada a esta voluntad omnipotente."
Para terminar, citar un capitulo del libro "Cruzando el umbral de la Esperanza" de Juan Pablo II y editado por Vittorio Messori. En el capitulo 7, pag 61 Vitorio hace la siguiente pregunta al Papa:
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"Es Mediado por el hecho de ser Dios-hombre. Lleva en sí mismo todo el mundo íntimo de la divinidad, todo el Misterio trinitario y a la vez el misterio de la vida en el tiempo y en la inmortalidad. Es hombre verdadero. En Él lo divino no se confunde con lo humano. Sigue siendo algo esencialmente divino.. ¡Pero Cristo, al mismo tiempo, es tan humano...! Gracias a esto todo el mundo de los hombres, toda la historia de la humanidad encuentra en Él su expresión ante Dios. Y no ante un Dios lejano inalcanzable, sino ante un Dios que está en Él, más aún, que es Él mismo. Esto no existe en ninguna otra religión ni, mucho menos, en ninguna filosofía.
¡Cristo es irrepetible! No habla solamente, como Mahoma, promulgando principios de disciplina religiosa, a los que deben atenerse todos los adoradores de Dios. Cristo tampoco es simplemente un sabio en el sentido en lo fue Sócrates, cuya libre aceptación de la muerte en nombre de la verdad tiene, sin embargo, rasgos que se asemejan al sacrificio de la Cruz. Menos aún es semejante a Buda, con su negación de todo lo creado. Buda tiene razón cuando no ve la posibilidad de la salvación del hombre en la creación, pero se equivoca cuando por ese motivo niega a todo lo creado cualquier valor para el hombre. Cristo no hace eso ni puede hacerlo, porque es testigo eterno del Padre y de este amor que el Padre tiene por Su criatura desde el comienzo.
Un último apunte para terminar. Me gustó mucho que se nos animara a exponer con toda libertad las dificultades que este artículo del Credo nos podía presentar, porque no es aconsejable la fe del carbonero, sino la fe ilustrada que busca la verdad con sinceridad y quiere saber para entender mejor la fe que profesa.
Fotos de algunas de nosotras la salida de clase
Después bajamos andando desde Algorta hasta Las Arenas. Estas son dos vistas de Santurce desde el parque de María Cristina.
Me gusta esta lección del Credo, la explicación justa y medida, a veces necesitamos repasar un poco aquella doctrina, aquella fe que llevamos dentro. Sabes que me gusta repasar varias veces vuestras lecciones, es como si estuviera más cerca de según que cosas.
ResponderEliminarPreciosas fotografías de una noche plena de satisfacciones, después de seguir con ilusión esas "charlas" que siempre llenan.
Un montón de besos querida amiga.
Me alegra saber de ti. Hacia tiempo que me asomaba a tus blogs y veía que estabas ausente. Me temí que tuvieras una mala gripe, que, por etas tierras , está haciendo estragos.
ResponderEliminarDisfrutarías con las clases, estoy segura. Lo malo es la distancia ¿no?
Hasta la próxima un fuerte abrazo
Me has recordado la obra de Fry Luis de León "De los nombres de Cristo", que trata de todos los nombres que le da la Sagrada Escritura, Pastor, Salvador...
ResponderEliminarTambién de cuando hice mi curso universitario de Teología.
He estudiado algo similar con el Padrenuestro.
Este campo es algo que me apasiona. Ojalá estuviera allí, con tu grupo.
Un abrazo
Nos encantaría tener con nosotras. Nos traerías esos aíres tan optimistas de tu tierra que tanto animan; teneís la alegría de vivir.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte