MUELLE DE ARRILUCE.GETXO.VIZCAYA. ACUARELA DE PALOMA ROJAS

jueves, 6 de noviembre de 2014

LA II REPÚBLICA DE ESPAÑA. Continuación




Cartel del Frente Popular
El Frente Popular.

En febrero del 36 los gobiernos radicales, cada vez más desprestigiados, y la negativa de la CEDA a asumir el poder, obliga a ir otra vez a las urnas.
Gil Roble
Pero en este momento las cosas han cambiado. La  derecha estaba desorientada por la táctica dilatoria de Gil Robles, de quien muchos desconfiaban que pudiera sacar a España del atolladero. 

Aumentaba la fuerza de un pequeño grupo, Falange  Española, que acababa de unirse con un núcleo sindicalista, las JONS, que dirigía Ramiro Ledesma
Ramiro Ledesma
Por otra parte los Tradicionalistas ampliaban sus filas dirigidos por Fal Conde y Rodezno. Pero los monárquicos de Alfonso XIII no podían unirse a los carlistas y muchas personas de orden no sintonizaban con la dialéctica de puño y pistolas de Falange. Aparece entonces un nuevo grupo claramente antirrepublicano-  Bloque Nacional - encabezado por Calvo Sotelo, pero que no se llevaba bien con Gil Robles.
Fal Conde
Rodezno
La izquierda sin embargo aparece ocasionalmente unida. Siguiendo las instrucciones de Moscú, socialistas, anarquistas y comunistas forman el Frente Popular y aceptan candidaturas comunes.
Casares Quiroga
Martínez Barrios
El resultado de las elecciones fue muy discutido y es cierto que hubo violencia y falsificaciones, pero el resultado es: derecha 145 escaños, centro 65, izquierda 263.
El Frente Popular exige el gobierno y miembros de la UGT, FAI y CNT impusieron un clima terrorífico en el país sin que las autoridades hicieran nada por impedirlo. No  olvidemos que los anarquistas habían votado pero ninguno era candidato porque ningún anarquista podía ser, por principio, diputado a Cortes. Así  que los elegidos eran o miembros de la izquierda burguesa -  Azaña, Casares Quiroga, Martínez Barrios - o dirigentes del partido socialista -  Besteiro, Prieto o Largo Caballero, algunos de ellos, como los dos primeros, mal vistos por la masa obrera porque los consideraban burgueses. Lo que de verdad ocurre es que fueron los votantes los que tomaron el poder, por lo que Azaña, incapaz de mantener el orden, abandona el gobierno y pasa a presidir la República, desbancando a Alcalá Zamora que hubo de salir acusado de fascista  y reaccionario, quedando de presidente del gobierno el galleguista Casares Quiroga.
Besteiro
Prieto
Alcalá Zamora
El terror se apodera de España mientras las fuerzas del orden permanecen impasibles ante la quema de conventos e iglesias, los tiroteos y los desórdenes en general. Calvo Sotelo se convierte en la voz de la oposición, porque Gil Robles estaba desbordado, y leía en el hemiciclo la lista de barbaridades que se cometían  en España: robos, incendios, asesinatos políticos, tiroteos, atracos etc. El país entero estaba sumido en la anarquía.
Obreros y jornaleros del campo eran los dueños de la situación pero no acertaron a canalizar sus -  en muchos casos dignas y humanas aspiraciones -  y no concebían otro camino que el de la violencia. Esto hace que la Falange aumentara sus efectivos a gran velocidad mientras que en Navarra se entrenaban batallones de requetés y sus jefes se ponían en contacto con el general Mola gobernador militar de Pamplona.
General Mola
El asesinato de Calvo Sotelo el 13 de julio de 1936 por guardias de uniforme acelera el golpe de los militares que se adelanta al 18 de julio sumiendo a España en una guerra civil.
  
Cadaver de Calvo Sotelo
La Guerra Civil

Podemos hablar, en el momento de la Guerra Civil, de tres formas de  ver  España por los españoles:
  1. Un pequeño grupo cada vez más reducido de intelectuales y políticos que seguían creyendo en los viejos sistemas, aunque reconociendo que había que reformarlos, como única forma de lograr la concordia entre los españoles.
  2. Otro grupo que pretendía una revolución tradicional y católica en la que España se volviera a encontrar a si misma bajo un régimen  de autoridad y orden que barriera para siempre la anarquía.
  3. Un tercer grupo que buscaba la revolución pero una revolución destructora  y violenta que permitiera después edificar una sociedad marxista. 

Estos dos últimos grupos eran los más numerosos y van a ser los antagonistas en la Guerra.
Lo que se disputó más que una forma política o un programa de partido, fue un concepto de España. De  ahí el radicalismo de la contienda, la violencia, las matanzas y también el admirable heroísmo  de tantos hombres y mujeres de ambos bandos.

Las durezas en lucha

En aquella confrontación participaron todos los grupos y todas las tendencias ideológicas políticas y sociales de España ya que era casi imposible permanecer indiferente. Solo un pequeño grupo de intelectuales y políticos pertenecientes a la España de en medio prefirió exiliarse y permanecer ajenos a la lucha.
La casi totalidad de los españoles participaron en la lucha de manera más o menos activa.
En el bando nacional se alinearon desde terratenientes hasta miembros de las JONS partidarios de la revolución social y en los republicanos desde viejos políticos liberales hasta fanáticos  anarquistas. Podemos destacar:
Por el bando nacional
El ejército. Muchos militares por razones de patriotismo y del sentido del orden no podían soportar la anarquía y la descomposición del país. Desde hacía años existía una organización semi clandestina, la U.M.E. Muchos jefes y oficiales se estaban poniendo de acuerdo sobre  la necesidad de un golpe militar para derribar la República o al menos implantar una nueva.
La Falange. Era  una fuerza relativamente pequeña, pero muy influyente por su entusiasmo y decisión que la convierten en una fuerza de choque con la que desde el primer momento se podía contar; muchos de sus miembros eran jóvenes de clase media decididos a dar la cara. Aunque  estaban implantados en toda España, sus núcleos más importantes eran la Meseta del Duero y la Baja Andalucía. Sus ideas estaban muy influidas del fascismo imperante en esos momentos en Italia y en ella confluían las ideas de José Antonio, puramente falangistas -  religión, patria, unidad -  con las de Ramiro Ledesma, de las JONS, de alto sentido social revolucionario pero con  sentido cristiano al margen de cualquier connotación de lucha de clases. El pensamiento falangista queda truncado por la temprana muerte de José Antonio que desaparece en  pleno momento fundacional.

Los Carlistas. Su  fuerza de choque son los requetés de la boina roja. Era  una fuerza tradicional con elementos nuevos. Conservaba  la fidelidad a la monarquía y a la dinastía encarnada en aquel momento por el anciano don Alfonso Carlos, pero estaban también dispuestos a luchar por la religión y la renovación de la patria. Su  lema era Dios, Patria, Rey. Eran  antiliberales por excelencia y estaban de acuerdo con los falangistas en que había que superar los últimos 125 años de la historia de España. Sin embargo, discrepaban en el tema de la monarquía y en el concepto de la unidad de la patria. El núcleo fundamental de los carlistas radicaba en las provincias del Norte y particularmente en Navarra donde eran mayoría.
Requetés

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