MUELLE DE ARRILUCE.GETXO.VIZCAYA. ACUARELA DE PALOMA ROJAS

domingo, 16 de diciembre de 2012

CLASE DE HISTORIA



REYES CATÓLICOS. LA GUERRA DE GRANADA

El Reino de Granada
La Guerra de Granada es, junto con el descubrimiento del Nuevo Mundo, el episodio central del reinado de Isabel y Fernando. Significa además la culminación de un ideal del medievo y la realización de una aspiración típicamente  moderna: la unidad nacional. Supuso además una gran victoria de la Cristiandad, celebrada en toda Europa. El papa Alejandro VI la consideró como una compensación por la pérdida de Constantinopla.

LA SITUACIÓN INICIAL

Granada, último reino musulmán que quedaba en la Península, ocupaba una extensión de 30.000 kilómetros cuadrados y comprendía las actuales provincias de Granada, Málaga y Almería. Su población pasaba del millón y medio de habitantes, en su mayoría campesinos. Su  capital, según el humanista Pedro Mártir de Anglería, era una de las mayores ciudades del mundo aunque su afirmación de que contaba con 300.000 habitantes es muy exagerada.
Pedro Mártir de Anglería
El reino, protegido por una complicada orografía, se había mantenido incólume desde el S. XIV frente a los esporádicos ataques cristianos. A finales de XV parecía fuerte, pero yadaba muestras de debilidad interna en lo político y en lo social, debido a las rivalidades internas que la llevarían a caer en manos cristianas: el príncipe Boabdil contra su padre el rey Abulhasan, nazaries  contra abencerrajes, Alhambra contra Albaicín. Aun así, Fernando se equivocó al evaluar las posibilidades de Granada, pensando en una conquista fácil, sin comprender las dificultades del terreno, la escasez de vías de comunicación y la capacidad de defensa de los granadinos que iban a luchar por su patria. Pero también se equivocó Abulhasan, al pensar que los reyes cristianos no iban a decidir una acción a fondo y que sería una serie de campañas de hostigamiento que serviría para unir a los granadinos bajo la bandera de la guerra santa en una acción común.
El Rey Abdulhasan o Mulley Hacén
Boabdil
LAS CAMPAÑAS 

El propósito de terminar la Reconquista era primordial, pero quisieron dejar resuelto antes el pleito dinástico y dejar sentadas las bases de  la unidad interna, por lo que esperan hasta 1481 para empezar la guerra, iniciándola con la conquista de las plazas de Zahara y Alhama.
Escudo de los Reyes Católicos
Para la conquista solo había tres posibilidades por donde pudieran pasar grandes contingentes militares: la cuenca del Guadalhorce, que conduce a Málaga, la depresión del Genil que lleva hasta la misma capital y las hoyas de la zona oriental de Guadix y Baza. Los Reyes utilizan los tres caminos y por el orden aquí indicado. La guerra dura de 1481 a 1492 y tiene dos fases totalmente diferenciadas: una de tipo medieval y otra que muestra las formas de combatir de La Edad Moderna.
Fase medieval: 1481-1484. Declarada  la guerra acuden a ponerse a disposición de los reyes los grandes señores de Castilla con sus mesnadas, los prelados con sus tropas, las Órdenes militares y las milicias concejiles. En suma, contingentes heterogéneos con diversidad de mandos, armas y métodos de combate. La caballería era el arma más importante y el 40% de los efectivos eran jinetes.
La guerra se lleva a cabo mediante penetraciones profundas en los meses de verano, pero esas penetraciones basadas en la caballería, no supone control de terreno. Los ejércitos cristianos destruyen, incendian, talan las vegas de Granada y luego se retiran a Córdoba o a Écija, sin otra ventaja que el daño causado al enemigo. Es la aceifa típica de la Edad Media pero no hay conquista propiamente dicha.
Algunas de esas penetraciones acaban en sangrientos desastres como el caso de la Ajarquía, aunque las expediciones organizadas por los granadinos también acaban en desastre como la de Lucena en la que cae prisionero el príncipe Boabdil. Incluso el rey Fernando tiene que levantar el sitio de Loja, montado con excesiva improvisación; dice el cronista Bernáldez que el fracaso de Loja fue la escuela en la que don Fernando aprendió el arte de la guerra. Desde entonces las operaciones se llevarían de una forma muy distinta.
Escudo de los Reyes Católicos con el lema yugo, el haz de flechas y el mote «tanto monta».
El lema Tanto Monta y el yugo (que con las flechas se usaba como emblema de los Reyes Católicos, por coincidir con las iniciales del otro: Yugo comienza por Y como se escribía Ysabel antiguamente y la palabra flechas comienza por F como Fernando, y en el siglo XV se estableció la costumbre cortesana de usar la inicial del otro), inscritos sobre los preexistentes relieves nazaríes de la Alhambra, marcan físicamente la reconquista cristiana del espacio de poder sobre Granada.
Fase Moderna 1484-1492
Los ejércitos fuero regularizados, adiestrándolos en la más severa disciplina. Se prohibió el combate singular, se coordinaron los mandos, la infantería se convierte en el arma fundamental con el consiguiente descenso de la caballería en las últimas campañas, pasando a oscilar entre un 15% y un 25% del total.
El avance será lento pero sistemático. El territorio que se domine no será abandonado y dejan guarniciones de infantería para conservarlo. Toma cuerpo un arma típica de la Edad Moderna: la artillería, las lombardas, piezas pesadas aunque de poco alcance. Las  cerbatanas ligeras pero que alcanzaban hasta 600 pasos van a jugar un papel fundamental al sitiar las ciudades. Para llevar las pesadas piezas hay que hacer carreteras y puentes a través de la cordillera Penibética y aparece el cuerpo de pontoneros. La  Reina se preocupó de crear, mediante tiendas de campaña, el Hospital de la Reina que es un antecedente del cuerpo de sanidad. Las comunicaciones entre vanguardia y retaguardia se aseguraron en todo momento por medio de convoyes; de hecho nos encontramos ante un ejército moderno.
El año 1484 fue de tanteo y a partir del siguiente, las campañas se hicieron sistemáticas y fueron arrancando al reino granadino territorios cada vez más amplios: primero cae Ronda y toda la zona occidental del reino (1485). Luego entre el 86 y el 87 la zona central, con la difícil toma de Málaga, hasta que en  1489 se conquistan los valles de la zona oriental: Baza, Guadix y Almería. La sistemática fue perfecta. A  partir de 1489 solo queda por conquistar  la vega de Granada y la capital.

LA CONQUISTA DE GRANADA


Granada
En un principio Boabdil estaba dispuesto a entregar la capital, pero en el último momento, se echa atrás porque la capital era inexpugnable y esperaba ayudas berberisca y turca, combinándolas con levantamientos de la población musulmana en los territorios recién conquistados; esto lleva a que la guerra tarde dos años en terminar.
Los reyes procedieron con lentitud y como era imposible conquistarla por asalto lo hicieron por hambre.
Rendición de Granada


La capitulación permitía a los habitantes conservar sus viviendas, religión, lengua indumentaria y costumbres. Serían juzgados por sus propios jueces y pagarían los mismos tributos que antes. Boabdil que retuvo unos meses un pequeño feudo en las Alpujarras, acabó retirándose a África, al reino de Fez y Fernando e Isabel tomaron posesión del último reducto del Islam en la Península.

MORISCOS Y JUDIOS

La ocupación del reino de Granada en un momento en que se tendía a la unificación religiosa planteaba un problema de índole  interno. La casi totalidad de la población era musulmana y la minoría judía era importante. 
Desde el primer momento se intentó una conversión. Fray Hernándo de Talavera, primer arzobispo de Granada aprendió árabe y predicaba a los moriscos en su propia lengua; también mando imprimir en árabe catecismos y libros piadosos; muchas tradiciones musulmanas que se creían compatibles con la nueva fe, fueron respetadas, pero años más tarde Cisneros impuso una nueva táctica: se queman los libros musulmanes e incluso se violenta la conciencia de los catecúmenos. Aumentan las conversiones pero son menos sinceras y en el fondo fomentan la rebeldía del pueblo conquistado. Hacia 1500 estallan las primeras rebeliones que han de ser reprimidas por la fuerza, llegándose a plantear la expulsión, que acabará produciéndose en el siglo XVI, ya que los moriscos eran una masa campesina difícil de sustituir y hasta de controlar, mientras que los judíos eran una minoría urbana perfectamente definida que vivían agrupados en juderías, con preferencia en las grandes ciudades.
Escudo de la Inquisición
La Inquisición no tenía jurisdicción sobre aquellos que practicaban públicamente la religión judía, sino sobre los bautizados que la practicaban ocultamente. En 1492 los Reyes Católicos, una vez finalizada la guerra de Granada, deciden culminar la unidad religiosa y decretan la expulsión de los que practican el judaísmo, se les expulsa por motivos religiosos, no raciales, ya que a los conversos  no les afecta. Los  judíos tenían que salir de reino en un plazo de cuatro meses, y para evitar la exportación de las riquezas acumuladas se les prohibió llevar metales preciosos, aunque podían convertirlos en bienes muebles o letras de cambio. La necesidad de convertir en bienes trasportables todo lo suyo fue ruinosa para todos aquellos que tenían que salir del país. Según el cronista Bernáldez eran unas 35.000 familias que equivaldrían a unas 150.000 personas, pocos si tenemos en cuenta que el número de judíos en España en aquella época era de un millón de personas por lo que la mayoría de ellos, convertidos más o menos sinceramente, no se vieron afectados por la medida.
Los judíos exiliados se establecieron en el norte de África, en algunas ciudades del Mediterráneo oriental: Salónica, Esmirna o Constantinopla donde se mantiene su lengua y tradiciones procedentes de la España del siglo. XVI. Una de los efectos más negativos de la expulsión es que los judíos hubieran sido los que habría podido fijar en la Península las ingentes cantidades de metales preciosos que pronto llegarían de América y que hubieran formado una banca española capaz de evitar la fuga de capitales al extranjero.

LA GUERRA DE GRANADA

Nada fue factor fundamental de la trasformación del Ejército. La infantería prevaleció sobre la caballería como arma conquistadora. Se consagró la artillería en el asedio de fortificaciones, se cuidaron las comunicaciones con la retaguardia e  intendencia, se unificaron los mandos, se organiza de forma regular e uniforme con una única disciplina y se hizo del militar un profesional; este fue el cambio más importante. Nace ahora el soldado, es decir, el combatiente que sirve a sueldo y que considera la milicia como un empleo. Al  igual que aparecen los funcionarios, el militar es en cierto modo un empleado más del Estado.
Los cuadros se regularizan desde alferecía, un escuadrón de hombres; el capitán que manda una compañía (agrupación de alferecías), unidad de combate formada por 500 hombres- piqueros y arcabuceros-. Doce  compañías formaban una coronelía, precedente de los actuales regimientos, aunque el coronel además mandaba un escuadrón de caballería- 600 jinetes- y un número determinado de piezas de artillería; todo va encaminado a lograr una coordinación de mandos y movimientos que es uno de los secretos de la guerra moderna. Más tarde, en las campañas de Italia aparecerá una unidad superior: el tercio.
Reproducción moderna de los Piqueros
Todo este sistema de agrupaciones coordinadas tiene una finalidad técnica de organización, pero es, al mismo tiempo, un resultado de la regularización profesional. El general necesita saber en cada momento el número exacto de sus hombres, entre oras cosas porque tiene que pagarles y la agrupación en unidades cerradas es el mejor sistema de control.
Tras la guerra de Granada, Fernando el Católico no hizo más que continuar su obra organizadora. La plena profesionalización del soldado triunfó entre 1490 y 1500; se montaron parques de artillería y se aumentaron las armas de fuego portátiles. Cuando estallan las guerras de Italia, España contaba ya con un ejército capaz de medirse ventajosamente con el de cualquier potencia extranjera.

2 comentarios:

  1. Bendita seas por estas "clases de historia" que te molestas en regalarnos. Y no cabe duda, fueron unos grandes reyes, independientemente de las burradas que hicieron, pero supongo que eso es inevitable. Qué miedo despiertan siempre los judíos ¿será por su capacidad, por su trabajo, por su... lo que sea? Son capaces de levantarse una y otra vez, de convertir un erial en un vergel... Creo que los temores vienen de una especie de lucha por el poder.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Es el pueblo escogido y se nota. Como tu, pienso que son capaces de levantar una nación y hacerse una patria donde refugiarse y defenderse. Tiene algo admirable. Tengo amigos judíos y es gente fantástica.
    La cuestión es que son muy capaces y muy buenos negociantes y han tenido el poder del dinero: los prestamos de los que sacaban dinero, derivando después en la Banca. Tienen poder económico, porque son listos. Pero la gente temo eso, teme se hagan dueños del mundo. tienen envidia, yo qué se.
    Me gustó mucho lo que dice el último párrafo de Moriscos y Judíos.
    En fin, que es muy interesante repasar los hechos para poder tener una idea de que pudo provocarlos.
    Un abazo fuerte y Feliz Navidad

    ResponderEliminar