TERTULIA DE MÚSICA

BARROCO ITALIANO, FRANCÉS Y ALEMÁN


Apuntes recogidos por Charo F-P

Como en la clase se iba a hablar sobre los Carnavales de Venecia, Leonor no dudo en traer tres disfraces  distintos correspondientes a  Carnavales. Impartió la clase con este rojo que incluimos en este reportaje-

Nuestra querida Leonor, no duda en disfrazarse para que veamos como se vestián en los  Carnavales de la época

Otro momento de su explicación.

FRANCIA

El siglo XVII es, en Francia, un tiempo sin grandes creadores, pero sin embargo sitúa con firmeza líneas musicales  propias.

Las primeras obras realizadas en Francia se importan a París desde Italia. El recitar cantando se aplica al “Ballet de Cour”, genero derivado de los Intermedios Italianos del siglo XVI. 

Cuando la opera veneciana hace su aparición en París,  nadie se adaptó a oír cantar en italiano.  Hacía falta la creación de un teatro musical Francés para poder concretar elementos poéticos y musicales en una  unidad artística. Necesidad que se hizo realidad gracias a un hombre GIOVANNI BATISTA LULLI. 

Este llegó a París desde Florencia, vivió en la corte francesa y gozó de la amistad del Rey Sol.  A Lullí se le encarga la enseñanza de  la lengua  italiana, a Madeimoselle de Montpensier. Más tarde fue consejero de Luis XIV, y pudo dedicarse más seriamente al estudio del violín y composición. Se convirtió en “Compositeur de la musique instrumental du Roi”

Colaboró con Moliere  en sus trabajos, con el uso de la música de escena.

ITALIA

METASTASIO (1698-1782)

Se convirtió en canonista de la poesía escénica. Su juventud en Nápoles despertó sus antiguas vocaciones; defiende la poesía por encima de la música. Quiso escribir obras tan elevadas que sin el auxilio de la música se mantuvieran en pie y fueran leídas o recitadas.

ANTONIO VIVALDI

Nació el cuatro de marzo de 1678. Creció en el ambiente musical de Venecia. Aprendió de su padre a tocar el violín. Iniciado en los estudios religiosos y debido al color de sus cabellos, todos le llamaban “Prete Rosso”. Dedicó sus energías musicales a la composición y dirección de la orquesta del "Ospedale de la Pietá”, institución de enfermos con grandes defectos físicos, que cantaban y tocaban maravillosamente bien. 

Por otra parte Vivaldi no fue muy afortunado con sus contemporáneos, que le reconocían ser un gran violinista y disfrutaban de su orquesta pero no entendían  la gran maravilla de sus composiciones instrumentales, con su explosión de color. 

No se puede decir  que en su obra, predomine una elección determinada entre la música o la poesía. En “Las cuatro estaciones”, a cada grupo de versos, de los cuatro sonetos inspiradores, corresponden otras tantas secciones descriptivas que llevan a un destino musical y una fuerza primitiva, que hace que olvidemos la polémica del preminencia  de la música sobre la poesía o de la poesía sobre la música. En realidad hay una unión perfecta entre ambas artes.